Cine: Gold, El Torrente dorado

Gold, El Torrente dorado es una película que si bien se estrenó a comienzos del 2017 no tuvo hasta ahora grandes repercusiones en los medios.

Se destaca la actuación protagónica de Matthew David McConaughey, donde luce su nuevo perfil actoral alejado de las comedias románticas. Secundado por Édgar Ramírez, el actor venezolano que viene creciendo en su carrera con interesantes trabajos y aquí realiza un ajustado papel acorde al personaje.

La historia se basa en un hecho real, pero cuenta con esa cuota de fantasía agregada por su Director Stephen Gaghan quien nos deja ver a través de su cámara cómo sucedieron los hechos que mantuvieron en vilo a varios inversionistas de la Bolsa y la Minería en los años ’90. El escándalo minero de Bre-X de 1993, cuando un depósito masivo de oro fue descubierto en las junglas de Indonesia pero unos años después, se supo que las muestras habían sido falsificadas.

El argumento central comienza con la vida de Kenny Wells Torrent (interpretado por Matthew McConaughey) que es un desdichado hombre de negocios que hereda la empresa minera que dirigía su padre, recientemente fallecido.

Casi en la ruina y luego de varios fracasos, tiene un sueño que lo lleva a reunirse con el geólogo Michael Acosta (interpretado por Édgar Ramírez) para encontrar el oro profundo en las junglas de Indonesia (Borneo). Tras algunas reuniones, acuerdan un contrato donde firman que se dividirán el 50% y 50% de las ganancias obtenidas. El trato se basa en la palabra de ambos caballeros que apenas escriben en una servilleta el acuerdo y sellan la conversación con un apretón de manos.

La empresa Washao Mining Company, llega a ser conocida como la mina de oro más grande a nivel global. Ambos socios trabajan duro para lograrlo, hasta conseguir el máximo reconocimiento.

La película deja ver todas las transacciones peligrosas que se generan alrededor de los grandes negociados mundiales, hasta que ellos terminan pactando con el mismo gobierno de Indonesia (a través del hijo del mayor mandatario del país).

Pero cuando parece que el éxito había llegado definitivamente a la vida de Kenny Wells Torrent, se descubre que la mina realmente no posee oro, habían realizado una adulteración en las muestras para vender el proyecto y la empresa quiebra, con los inversores perdiendo todo su dinero.

El protagonista cae en una depresión por no entender qué sucedía en verdad, y en medio de un interrogatorio a cargo de FBI, se entera que su socio Acosta había enviado el dinero que ascendía a 164 millones de dólares al extranjero. Al parecer la historia dice que el gobierno de Indonesia lo atrapó al ver la estafa y lo lanzó desde un helicóptero en el que era transportado por el ejército, luego su cuerpo fue encontrado comido por los animales en su rostro y manos, sin embargo puedo ser identificado.

El detective que investiga a Wells Torrent le cree y entiende que éste no estaba involucrado en la estafa, por lo que habiendo perdido absolutamente todo, regresa destruido a vivir con su mujer.

En ese reencuentro, ella le da la correspondencia que había llegado mientras él no estaba, y descubre uno de los sobres, enviado por su socio el geólogo Acosta con la servilleta donde habían firmado su acuerdo inicial y un cheque por 80 millones de dólares de un banco en un paraíso fiscal, y a través del cual cumple con el trato entre ellos.

Más allá del final que abre dudas sobre la desaparición física de Acosta, es emotivo el mensaje de amistad y valores por encima del mercado económico que transmite la escena.

Un film para ver, disfrutar de las actuaciones con buen ritmo en el relato de los hechos y pasar un rato entretenido.

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