Sobre La mujer invisible por su autora Irma Verolín

Tan solo unas semanas antes de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, cuando todos los participantes del mundo editorial viven a las corridas para ultimar detalles, la Colección Ojo Lector lanzó su nueva novela: La mujer invisible de la escritora Irma Verolín.

Nos comunicamos con la autora para indagar más sobre esa mujer invisible que ha logrado, en tan corto tiempo, atrapar a tantos lectores!

Viviana Rosenzwit, directora de la Colección Ojo Lector, junto a la escritora Irma Verolín en el stand de la Feria del Libro

– Irma, contanos cómo surgió la historia de tu flamante novela.
Esta novela surgió primero de un planteo abstracto: me presenté al Fondo Nacional de las Artes para obtener la beca a la creación artística y, como en las bases se requería del esbozo de una temática, propuse escribir una novela sobre la ciudad y que apareciera su relación con las provincias de nuestro país. Cuando finalmente obtuve la beca comencé a escribir, pero la vida se interpuso. Ocurrió que mi padre adoptivo enfermó y pasé gran parte del tiempo de aquellos meses en hospitales, centros de salud; también visitaba a mi amiga Libertad que estaba muy afectada por sus problemas coronarios. Así es que la ciudad -que es el espacio estelar de este relato- terminó conteniendo espacios interiores que funcionan también como lugares significativos: el hospital y la clínica suburbana, micro espacios que tienen un rasgo equivalente al de la ciudad, caracterizados por su fuerte autonomía.

– ¿Te llevó mucho tiempo escribirla? Te pregunto por estos cruces de la vida personal que quizás invadían tu tiempo de escribir y publicar.
Tuve que escribir esta novela en el lapso prefijado por la entidad que me otorgó la beca, pero el resultado terminó siendo un contrapunto entre el plan inicial y lo que la vida fue pulsando. Esto ocurrió en el año 1998. Presenté el proyecto al Fondo de las Artes poco después que mi padre adoptivo y mi amiga fallecieran. Luego el tiempo se interpuso, como suele sucederme, la novela obtuvo el primer premio municipal Eduardo Mallea, pero permaneció inédita. Incluso quedó entre las diez finalistas de un concurso que nunca se expidió. Se mantuvo inédita hasta que en 2014 fue una de las diez finalistas del concurso Clarín, que por supuesto no fue escogida. Era hora de publicarla.

– En ese lapsus de tiempo entre el inicio de la idea y hoy, ¿sentís que tu escritura es la misma o fue todo un proceso creativo para vos?
La propia escritura se modifica con el paso de los años, con el ejercicio del oficio, con la mirada y la percepción del mundo. Mi voz no ha cambiado, aunque tal vez podría afirmar que mi prosa se ha aligerado con la influencia de la imagen que en las dos últimas décadas nos ha introducido en redes sociales y en toda clase de plataformas digitales, así como nos dio acceso cotidiano a películas en nuestra propia casa. La mirada sobre la ciudad de Buenos Aires que predomina en la novela se me presenta hoy muy marcada por el horror vacui, un sitio que se desborda en sí mismo, una superpoblación de significaciones, un estímulo continuo para la percepción. Debo decir que secretamente al escribirla me propuse desarrollar una trama que se rigiera por el valor de la intriga. La intriga obviamente está trazada con la aparición de las cartas, me refiero específicamente a que quise que la estructura del relato fuese edípica, bien circunscripta a una línea argumental y, por supuesto, me interesó el trabajo sobre el espacio y la incorporación de ciertos personajes como el de la vecina del departamento “B” que, en realidad, es un arquetipo en mi escritura, ya que aparece de diferentes maneras en otros relatos. La vecina entrometida es mi alter ego pero es también la representación del mundo, del mundo con mayúsculas corporizado en lo cotidiano, vale decir obstáculo, desafío, inconveniente, tensión. Ha sido interesante retomar un texto escrito hace ya dos décadas, me permitió visualizar con más nitidez el propio camino de escritura, mi búsqueda estética. Lo curioso es que en este caso me trajo un recuerdo que había olvidado. Muchos años antes de escribir esta novela, a principios de los ochenta e incluso creo que a fines de los setenta, una tarde Beda Docampo Feijóo y yo fuimos al cine a ver una película rusa. Luego tomamos un café y jugamos a inventar una trama. Con sorpresa recordé que la trama que tracé en la mesa de aquel bar era muy cercana a la que terminé plasmando en esta novela. La que desarrolló Beda, que años después se convertiría en cineasta, fue –no tengo dudas- la de su película “Debajo del mundo”. De modo que el tiempo que es uno de los temas recurrentes de mis relatos y poemas se cruzó de muchas maneras en el proceso creativo de esta novela.

El precio de venta al público del libro es $ 330.- pesos argentinos y se puede solicitar desde cualquier lugar del mundo a través de Viví Libros: info@vivilibros.com

Como nos adelantó Irma Verolín, La mujer invisible cuenta la historia de una entrañable amistad que sufre una inesperada sacudida durante un verano porteño… para descubrir el desenlace final no queda otra que sumergirse en su atrapante lectura.

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