Turismo Escondido: Hoy Castillo de Itter

Nueva escala en nuestros recorridos por esos sitios poco promocionados, pero muy interesantes para turistas inquietos y curiosos, hoy en la sección que llamamos Turismo Escondido, les contaremos sobre el Castillo de Itter, ubicado en cercanías de la ciudad del mismo nombre, en Austria.

La Ciudad de Itter se encuentra ubicada a 390 kilómetros de Viena, la Capital de Austria, y a poco más de 110 kilómetros de Munich, Alemania, en una zona de colinas, en las cuales se encuentra el castillo.

El Castillo de Itter, lo mismo que la ciudad homónima, no se encuentra seguramente entre los destinos más buscados en Austria, pero tiene una historia de casi 80 años que vale la pena recorrer por unos instantes.

En plena Segunda Guerra Mundial, los nazis tomaron prisioneros franceses destacados, a los que confinaron en un lugar de difícil acceso dentro de sus dominios, para que fueran moneda de cambio en caso de necesitar intercambiar prisioneros importantes con los enemigos.

Allí, en Itter, fueron cautivos diferentes referentes de la política francesa de aquellos tiempos y militares de rangos importantes, entre ellos la hermana mayor de Charles de Gaulle, Marie-Agnès Cailliau, Édouard Daladier ex primer ministro, el ex comandante en jefe del Ejército Maxime Weygand, Maurice Gamelin, los políticos François de La Rocque y León Jouhaux, y un reconocido deportista, el tenista Jean Borotra.

El Castillo de Itter servía de prisión de lujo para los mencionados detenidos, ya que eran muy bien cuidados, alimentados y tratados, estando a su cuidado y custodia las SS alemanas.

Cuando la guerra llegaba a su fin, en mayo de 1945, el Teniente estadounidense John C. Lee contando con la inesperada ayuda de comandantes alemanes y junto a los custodios de las SS del castillo de Itter, tomaron posesión y defendieron a los prisioneros de los ataques nazis, pese a que Hitler ya se había suicidado, sus leales aún seguían combatiendo.

El resultado fue positivo para los defensores, quienes lograron mantener a salvo a los prisioneros notables, quedando esta batalla por el Castillo de Itter como la única oportunidad en toda la guerra que estadounidenses y alemanes lucharon juntos.

Hoy en día, el castillo puede ser visitado solo por fuera, ya que es propiedad privada y sus dueños no acceden a recibir visitas, por lo que los turistas solo pueden contentarse con fotografiar el castillo a la distancia, conocer su rica historia en detalle, e imaginar la batalla mantenida en esos años para que los cautivos volvieran a sus vidas en la Francia liberada.

Itter cuenta con hotelería para recibir a los turistas, a los que llegan en tiempos invernales, para llegar a la estación de esquí de Skiwelt Wilder Kaiser, y para quienes llegan en primavera o verano, y les gusta el senderismo, para tomar los recorridos hacia la montaña de Hohe Salve, y ser testigos de los hermosos paisajes del Tirol.

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