Casinos sí, Aulas no. Salada sí, Feria de Anticuarios no.

Casi 8 meses de cuarentena, de negocios que aún permanecen cerrados, un país que no tiene horizonte claro para poner en movimiento algunos rubros, pero con increíbles injusticias, o arbitrariedades.

Un país donde se permite abrir casinos en diferentes provincias, pero no se permiten las clases presenciales, y se lucha contra gremialistas que ignoran las necesidades de los alumnos para agigantar la necesidad de pactar con ellos, de tener la última palabra.

Los alumnos de todas las edades y de todos los ciclos han perdido el año lectivo, la virtualidad no pudo compensar al 100%  las enseñanzas estipuladas en los programas, pasar de año esta vez, no significa haberlo aprobado.

Desde los Jardines de Infantes a las Escuelas Primarias y Secundarias, es imposible de equiparar el aprendizaje en este año con los anteriores.

Pero en lugar de habilitar las aulas, con protocolos y menor asistencia de gente, se habilitan Casinos, donde la gente que va un día no es la misma que al día siguiente, no se pueden establecer parámetros seguros si todo lo que allí se toca puede contener el virus, desde un picaporte hasta las fichas de ruleta, las teclas de una tragamonedas, los billetes, etc.

Es como si el vicio del juego fuera escencial…

La Provincia de Buenos Aires permite la apertura de un centro comercial como el denominado La Salada, de gran circulación de personas de otras jurisdicciones, pero se prohíbe abrir por ejemplo, a la Asociación Feria de Anticuarios en la Estación Acassuso, bien ventilada al aire libre y con protocolos ya presentados hace mucho tiempo.

La Feria de Anticuarios, que se ubica en la estación del Tren de la Costa Las Barrancas, entre las calles Perú y Juan Díaz de Solís, Acassuso, se ha mostrado siempre como un espacio al aire libre de esparcimiento e interés cultural, un sitio tranquilo y con puestos bien espaciados, sin puertas ni mostradores.

De ser una salida de fin de semana o feriados al aire libre, en familia, segura y tranquila, pasó a casi 8 meses de cierre total.

Son decenas de familias afectadas, en lo económico y en lo emocional, ya que cada puesto es la salida laboral desde hace años, y en lo emocional, no encontrar explicación para no abrir, ver como todo abre a su alrededor.

Presentaciones de todo tipo ante las autoridades, desde hace ya 4 meses están listos para volver a trabajar, sus representantes no descansan un día para lograr la reapertura de la Feria.

Sin embargo, hasta suena caprichoso, o discriminador, según nos cuentan, ya que habilitaron alrededor confiterías, parrillas, bares, clubes, kioscos, cientos de personas corriendo, o andando en bicicleta y etc.

El presidente de la Asociación Civil Feria de Anticuarios, Claudio Biscione, nos explica claramente: “quiero dejar en claro que no se está obligando a nadie a ir en contra su voluntad. Hoy son muchas las familias que dependen de este trabajo y estoy con ellos, no merecen más sufrimiento ni la injusticia de que no nos tomen en cuenta después de 23 años en la zona”.

Silencio, falta de definición de las autoridades comunales, inoperancia, o como se quiera llamar, para nosotros, una clara muestra de falta de equidad.

#quedateencasa servía, solo si hubiera sido ley pareja para todos.

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