Comentario de libro: Contra el destino…

Contra el destino…
Aníbal Leserre
Catálogos, Buenos Aires, Argentina, 152 páginas, 2013

Contra el destino… es la primera novela publicada por el psicoanalista Aníbal Leserre, quien se lanza de este modo al género narrativo.

La historia comienza aproximadamente en 1973 y culmina en 1976, años de mucha actividad política en Argentina que desenlazan con el último golpe militar de nuestro país.

Violencia y política son los dos ejes fundamentales que dan escenografía a los protagonistas. De esta manera, el autor logra darle un color local y verisimilitud a la historia.

contra el destino

Como señala su autor:

“Una historia que excede a los personajes de la novela, pero que los involucró de tal manera que tuvieron que construir un destino muy diferente al que imaginaban, al que idealizaban, y el cual suponían que alcanzarían con el solo transcurrir del tiempo.”

El protagonista principal de la trama es Jorge Falcón, quien en 1973 era un reciente oficial de la Policía Federal. A poco de asumir su primer cargo y funciones policiales, se ve involucrado en la investigación del asesinato de unas jóvenes, cuyos cuerpos, al ser encontrados, presentaban tremendos signos de abuso y tortura.

La investigación que realiza va en paralelo con la creciente espiral de violencia que azotaba al país, y no es ajena a la misma. A su vez, la vida cotidiana del joven policía se ve totalmente alterada, al punto de llevarlo a hacer de dicha investigación, una causa personal.

Finalmente, descubre a los asesinos, pero el golpe de Estado deja trunca la posibilidad de justicia. Jorge Falcón queda implicado subjetivamente en la historia cortando todo contacto con su familia y colegas.

Contra el destino… nos ubica en la encrucijada de todo hombre y su lucha por combatir los avatares y sinsabores de la vida. Pero, la pregunta es: ¿Se puede luchar contra el destino?

No es casualidad que Aníbal Leserre, con un amplio recorrido en la clínica psicoanalítica, elija titular su primera novela dejando abierta la frase con puntos suspensivos. Aquellos mismos puntos suspensivos que denotan suspenso, cierta ignorancia sobre el final de la oración, algo que queda inconcluso, que falta, que no cierra.

No alcanza con el miedo a lo desconocido sino que apunta al enigma del sujeto. Algo inquietante que nos implica en lo más íntimo y nos lleva a quedar, como lectores, atrapados en el relato.

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