¿Cómo viven la competencia las Mujeres 5.0?

Por Daniela Rago*

Para empezar, y en línea general, tanto hombres como mujeres competimos en algún área con los demás. No lo podemos negar ni es ningún pecado hacerlo.

Las mujeres, quienes nos interesan en este artículo, pueden sentir competencia con otras mujeres por muchas razones. Pero esta situación va cambiando a través de los años, hasta dejar de ser importante.

¿Qué significa competir? Para la Real Academia Española es “luchar entre sí varias personas, animales o cosas que aspiran a un mismo objetivo o a la superioridad en algo.” Por ejemplo cuando las mujeres compiten entre sí por un certamen la belleza.

Por lo cual afirmamos que competir es superar en determinada actitud a otra persona, emularla, rivalizar con ella con un cierto objetivo en juego.

Algunas investigaciones científicas afirman que las mujeres se basan principalmente en la agresión indirecta en lugar de una agresión abierta y directa o un conflicto cuerpo a cuerpo, cosa que los hombres utilizan más frecuentemente.

A través de la Fan Page de Mujeres 5.0 he podido realizar otro estudio bien directo, recopilando los comentarios que nos dejaron nuestras oyentes: Las Mujeres 5.0 temen reconocer que sienten o han sentido competencia por otras mujeres, y ni que hablar de las más jóvenes.

Publiqué una simple pregunta en dicha página sobre si sentíamos competencia con otras mujeres, y fue muy llamativo que todas dijeran que no, menos en esta etapa de la vida y además varias agredieron fuertemente el posteo como si fuera una ofensa ser competitiva. Lo cual me hizo pensar que quizás era un manifiesto de inseguridad.

Con respecto a la inseguridad, dicen que cuando una mujer se da cuenta del poder, la belleza y/o talento que tiene otra mujer la va a considerar su enemiga. Ella podría admirar, copiar o envidiar a la mujer que tiene esos rasgos y genera mucha inseguridad. Éstas son las respuestas típicas de las mujeres, ya sea consciente o inconscientemente.

Antes de realizar la pregunta en dicho posteo, mi intención era hablar de que las Mujeres 5.0 no competían con nadie ya que por la etapa de la vida a la cual llegaron por continua experiencia la relación con otras mujeres había cambiado. Porque nos cambia el rol, cambia la mirada, cambia la seguridad en sí misma, cambia la postura frente a la belleza, y los demás temas que venimos abordando en estos años.

Pero, para mi gran sorpresa, me encontré con algunas mujeres algo negadoras y hasta nerviosas y enojadas con el tema escogido. Otra vez nos enfrentamos a un punto que debemos deglutir frente a un estereotipo o estigma que no nos deja reconocer que hemos podido necesitar competir, copiar o envidiar a otras mujeres antes o durante los cincuenta años. ¿Tan malo es…?

Quizás, sin darnos cuenta, este sea otro tema más que nos hace sufrir a las de cincuenta, otro estereotipo a derribar. Sentir envidia y/o competencia con otras mujeres delataría inseguridad, flaqueza, insuficiencia, necesidad de copiar a otra y eso resulta algo malo e insoportable. Sin embargo, no poder reconocer que somos seres humanos y el sentimiento de competencia es posible, hasta muy sano si una lo reconoce y lo maneja a tiempo. Cuando advertimos nuestro crecimiento personal a diario, nuestra forma de pensar también cambia y entonces entendemos que somos buenas, porque internamente estamos en paz con nosotras mismas.

No somos perfectas, somos lo que somos, lo importante es poder ver el camino transcurrido y poder manifestar alegremente cómo y de dónde venimos.

La buena noticia es que la mujer madura es tan consciente de su fortaleza, su belleza y su inteligencia que no necesita competir con nadie, no pierde el tiempo atacando a otras y es la primera en ayudarlas a levantarse.

A lo largo de nuestra vida, y de la historia, hemos enfrentado muchas pruebas frente a los privilegios de los hombres, pero también entre las mujeres hay temas que enfrentar para ser cada vez mejores.

Una verdadera mujer 5.0 sabe que su única competencia es ella misma, la mujer que fue ayer, que debió aprender continuamente y debió esforzarse para poder ser quién es hoy, la mujer que siempre soñó. Celebra el éxito de las demás y sabe que cuando realmente se unen no las para nadie. Una mujer 5.0 se mide por sus emociones y aprendizajes, por el camino vivido, en lo que enseña a las demás, ya que apenas ve que una se cae es la primera en ayudar, levantar a la otra y consolarla para avanzar juntas. La mujer 5.0 no juzga, comprende a los demás y respeta el proceso de cada uno y con más razón, con sus pares o con las mujeres más jóvenes.

Creemos, y estamos seguras, que cada mujer es una compañera, nunca una amenaza, es en realidad una oportunidad de aprendizaje, cada mujer es mágica, única, inspiradora. Sabe que hay oportunidades para cada una. Sabe que los verdaderos conflictos no están con las otras mujeres sino en ella misma. Y la posibilidad en realizar y desarrollar sus metas está en su propia capacidad. Confía plenamente en su actitud, valor, fuerza, confianza, caídas, en lo que siente e intuye. 

Hay más posibilidades en los acuerdos que en los conflictos que crean divisiones. Las Mujeres 5.0 ya no necesitan competir con nadie. Somos empáticas con otras mujeres, quizás el camino de la otra ya lo hemos vivido y sabemos lo que sucederá para poder ayudarla a alivianar la vida. Somos la inspiración de las más jóvenes como nosotras también hemos tenido mujeres que nos han inspirado.

* Daniela Rago es Lic. en Psicopedagogía y RRPP, creadora y conductora de Mujeres 5.0

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