Conversamos con Paula Winkler sobre su próxima novela

Dentro de unos días, saldrá a la luz una nueva novela de Paula Winkler, Viaje a Escandinavia. Mis nietos de invierno. Entrevistamos a la autora para que nos cuente cómo se le ocurrió esta crónica de viaje tan particular y sobre el porqué de escribir.

Paula, ya has publicado más de nueve libros, entre novelas, cuentos, poemas, ensayos. El último fue dentro la Colección Ojo lector, Fantasmas en la balanza de la Justicia. A propósito de tu nuevo libro, primero me gustaría que nos cuentes por qué escribís y para qué.

Escribo de toda la vida. He sentenciado, hecho miles de votos durante años. Cuando ejercí la profesión y la docencia, me ocupé de redactar contratos, proyectos resolutivos, informes detallados para los clientes de la consultora y el estudio en alemán y en español; hasta estudié complejos pliegos de licitaciones internacionales para redactar ofertas e hice carpetas de ejercicios pedagógicos, consistentes en poner a prueba la teoría que enseñaba en las universidades a mis alumnos; participé de comisiones de redacción de trabajos científicos, sobre epistemología, y muchos más; escribí artículos de doctrina, libros y ensayos jurídicos. Pero el oficio del escritor es distinto. Además, quien se crea intelectual por ser jurista, se equivoca. Hay que tener lo que Foucault llamaba “inquietud” para que te consideren intelectual. Si todo te cierra dentro de la dimensión interna que acuerda un sistema positivo como el Derecho, sos solo un especialista. En un sentido análogo, enseñar Filosofía no implica ser filósofo… No hay que exagerar. Como últimamente la palabra se ha devaluado, parece que todo da igual, como diría Minguito… Ser intelectual (o no), no depende de vos y de los copetes periodísticos que te presenten. Los lectores, tus discípulos lo van resolviendo en el transcurso de la evaluación y del tiempo. En Literatura, sin embargo, tampoco esto funciona por sí mismo: podés ser una excelente crítica, una eminente pensadora, una profesora inmejorable, una ensayista y, sin embargo, una pésima novelista o cuentista, hasta una mala semióloga. En el oficio de escribir hay que meterse en el barro y lidiar con él, saber decir algo novedoso o bien insistir en lo conocido pero de otro modo, haciendo una vuelta de tuerca. Sobre todo, hay que elegir cuidadosamente la forma, las voces y la historia.                                  

En verdad no llevo la cuenta de todo lo que publiqué. Hay muchos artículos y ensayos en internet, en antologías y en libros colectivos. Tal vez, esta novela sea mi duodécimo libro editado. Yo vengo del cuento y volveré a él pronto, sin dudas. El cuento te disciplina… Respondiendo a una de tus preguntas, escribo porque no sé sino escribir. Ojalá pintara, compusiera, bailara. También escribo porque leo, me indigno, resisto. Necesito decir verdad… que no es decir “mi” verdad ni “la” verdad. Solo “verdad”.

Contanos sobre tu próxima novela, ¿de qué se trata Viaje a Escandinavia. Mis nietos de invierno?

En realidad es una crónica de viaje. Raúl y Teresa, un matrimonio argentino, contratan un paquete turístico para conocer Dinamarca y Suecia. Recorren la región, toleran intolerancias de distintos miembros del grupo, algunos europeos y otros, sudamericanos; comparten con ellos momentos de placer y otros difíciles y de pronto, aparece un punto de inflexión que les hará cambiar a todos sus endogámicas maneras de ver el mundo. Incluso a la guía –una sueca que se las trae y hace el contrapunto de Teresa. En la novela hay mestizajes de estilos, pues algunas viñetas y poesías se amalgaman en la trama y la resignifican.

Tenés familia en Suecia, ¿esto te motivó a escribir la novela?

Me inspiraron dos cosas. La primera, el dedicarle a mis nietos suecos mi impresión sobre su país. Es decir, la de una argentina bien porteña, con los avatares propios de ambas culturas, tan disímiles. También, que ellos cuando lean en castellano, conozcan a sus abuelos… La segunda, quise aprovechar el recorrido turístico que impone toda crónica para estimular el viaje interno que deberíamos transitar cuando los argentinos nos transportamos hacia el Norte desde este Sur tan lejano, con idealizaciones infantiles y un poco exageradas. La novela habla también de las pérdidas, las frustraciones -aquello común a todo sujeto del planeta- y describe las costumbres, los paisajes y las ciudades suecas y danesas.

La historia suena prometedora, la leeremos con gusto! Siempre la edición de un nuevo libro es para festejar, así que deseamos que Viaje a Escandinavia. Mis nietos de invierno, de Paula Winkler y editada por Vinciguerra se encuentre pronto con sus lectores.

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