Conversamos con la poeta Alicia Acosta sobre su nuevo libro

Hace pocos días, la editorial Palabrava de la Ciudad de Santa Fe lanzó un nuevo libro de poesía argentina: El cardo en el lomo del rinoceronte de Alicia Acosta.

El cardo en el lomo del rinoceronte es el título del primer poemario que integra el libro y el que le da el nombre, los otros dos son Instantáneas y La barca de la pena. Conversamos con su autora para que nos cuente un poco más sobre su novedad.

Alicia, ¡qué título tiene tu nuevo libro! Contanos cómo surgió…

Sí, a algunos les llama la atención el título y si debo ser sincera, a mí también me sorprendió el día en que, de la nada, apareció una imagen en mi memoria: la del rinoceronte de Durero (muchos saben la historia de ese maravilloso grabado). ¿Qué cosa puede pesar más que un rinoceronte recubierto con una especie de armadura, como se advierte en la obra? ¿Y qué podría ser más opuesto que la suavidad de un cardo? Esa imagen se constituyó para mí en la metáfora esencial que sostiene a los poemas y en una alegoría de mis propios “runrunes” existenciales de entonces. Me ha costado un largo proceso aceptar que peso y levedad son dos extremos entre los que transcurre la vida misma, o más aún, que juntos son el devenir de la vida misma. Y aunque me (nos) cueste, son como la sal y el aceite, necesarios para darle gusto.

Claro, y ¿los otros dos?

En el caso de Instantáneas, se fue armando a partir de esos alumbramientos que suceden a veces: vemos algo que nos revela otra cosa, una epifanía, y esa es la que nos dispara el poema. Son textos cortos, algunos escritos desde la ventana privilegiada del colectivo que me llevaba a mi trabajo en las mañanas. Si algo me ha gustado siempre de los colectivos es todo lo que puede mirarse adentro y afuera de ellos, lugares, personas, situaciones. Todo un universo de experiencias únicas. Y como dice el texto de apertura, en la media sombra está la luz, en esa zona del claroscuro es que las revelaciones son más potentes.

Finalmente, La barca de la pena es una selección de textos muy breves, casi anotaciones, líneas que en algunos casos se han desprendido de una escritura más extensa y que, en esa brevedad, encontraron su síntesis. Conservo varios cuadernos con esta escritura “residual” si se quiere y me da gusto rescatarlos de tanto en tanto para seguir trabajando. A veces el resultado es bueno y alumbran estos pequeños poemas; otras se quedan allí, en las hojas de borrador y tal vez no abandonen nunca ese lugar. Es muy estimulante, al menos para mí, descubrir la novedad de un sentido distinto en algo escrito tiempo atrás. Es así que anoto, reviso, cambio, vuelvo a anotar, a revisar, y el proceso continúa hasta que toda yo siente que “ya está”, como pasó con este libro. Soy lenta para escribir, necesito encontrar la palabra precisa, esa que a mi entender, en un momento dado, es la única posible.

La verdad que el libro se ve precioso, ¿cómo fue el trabajo editorial?

Ahora que el libro se materializó, que lo tengo en mis manos, pienso que no podría haberme encontrado con una editorial más afín a lo que deseaba. Yo quería que el libro se viera bello pero despojado, siempre imaginé una delicada estética minimalista. Y Palabrava, a través de Patricia Severín y equipo, más la feliz elección de la foto de portada de Pablo Aguirre, han interpretado ese deseo original. Esta es mi primera publicación individual y obviamente, hay una sobrecarga de expectativas siempre. Para mí es un honor haber publicado en Palabrava, me siento muy agradecida. Sólo espero seguir trabajando juntas en el futuro, siento que es posible y que siempre será un intercambio constructivo del que aprender.

Para los amantes de la poesía, recomendamos este hermoso libro El cardo en el lomo del rinoceronte de Alicia Acosta por su sencillez y profundidad que lleva a su máxima expresión la tensión de la palabra.

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