Conversamos con el poeta Pedro Flores

Por estos días salió a la luz un nuevo libro de poesía en la Colección Rosa de los vientos de la editorial santafesina Palabrava, pero esta vez se trata de la incorporación al catálogo de un poeta español oriundo de Las Palmas de Gran Canaria, España.

Pedro Flores nació y vive en Las Palmas de Gran Canaria, España. Ha publicado más de treinta libros de poesía y además, ha obtenido importantes distinciones literarias, como las de Fray Luis de León, Ciudad de las Palmas, Ciudad de Tudela, Gil de Biedma, Pedro García Cabrera o Tomás Morales. En 2017 se le concede el Premio Nacional de Poesía José Hierro. En 2019 obtiene el Premio Internacional de Poesía Flor de Jara. Poemas suyos han sido traducidos al portugués, italiano, eslovaco, húngaro, francés e inglés. Por primera vez editado en la Argentina, su poemario Coser para otros es esperado por sus nuevos lectores latinoamericanos.

– Pedro, ¡felicitaciones por tu nuevo libro! Tu primera vez en una editorial argentina, no es cierto?

Gracias, así es, Coser para otros fue publicado en España anteriormente con el título Coser para la calle en el año 2017, tras haber ganado el Premio Nacional de Poesía José Hierro, uno de los certámenes más prestigiosos del panorama poético español. Pero para la edición de la editorial Palabrava, ajustamos su título a una expresión que se entendiera mejor para los lectores argentinos y latinoamericanos en general.

– Claro, quedó muy bien junto a la fotografía de la tapa que muestra una vieja máquina Singer de coser. Contanos ¿con qué se van a encontrar tus nuevos lectores?

Podría decirte que en Coser para otros se dan cita mis “obsesiones poéticas”, la presencia del propio poema y su proceso de creación como temas poéticos en sí mismos, la ductilidad del tiempo y lo que en alguna ocasión he llamado “épica de la cotidianidad”; la incorporación al discurso de la memoria de los que me antecedieron, en la vida y en la poesía. El poeta “cose para otros”, remienda y zurce prendas ya usadas por otros, palabras e imágenes ya utilizadas por otros poetas. El niño que fue usó prendas remendadas y zurcidas por una abuela costurera, ropas gastadas que fueron de otros. El oficio de la costurera, la vieja máquina de coser Singer, son metáforas del oficio de la escritura, pero también esa pequeña parte de verdad que a veces la poesía precisa para urdir sus enigmas.

– ¡Qué linda metáfora de la poesía! Supongo que abrir tus puertas a un nuevo mercado editorial debe generarte alegría pero a la vez, cierta expectativa distinta.

Sí, publicar este libro en la Argentina, reeditarlo por vez primera supone para mí el reto de ofrecer mis versos a nuevos lectores con quienes comparto un idioma común, pero con las mestizas y enriquecedoras salvedades de distintos modos de decir; la posibilidad de intercambiar en estas condiciones el hecho poético supone un ejercicio fascinante y estoy feliz con esta posibilidad que se abre gracias a la editorial Palabrava.

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