
Educación a distancia y en soledad
Esta pandemia nos está poniendo en la situación de enfrentar desafíos constantes, en todos los aspectos de nuestras vidas. También nos demuestra que muchas cosas que se decían controladas, ni lejos están de serlo. Que los estudiantes y los docentes pudieran acceder a las notebooks fue un gran avance en cuanto a la posibilidad de poder tener una computadora, en muchos casos por primera vez en una casa y para una familia (yo lo vi). Pero nunca se hizo un trabajo profundo y pensado a largo plazo para que los docentes y estudiantes pudieran utilizarla como un recurso más. A esto hay que sumarle un período de vaciamiento (2015-2019) que hizo que ni siquiera los chicos pudieran mantener esas computadoras. Puedo nombrar muchas variables para que esto haya sido así pero este no es el objetivo de mi comentario. El gran problema de la educación aquí y allá es el metodológico, con o sin computadoras. Siempre lo digo: ¿Por qué si no la Historia Oral, por ejemplo, es tan aceptada tanto por docentes como por los estudiantes? Porque la construcción de la entrevista introduce tanto a unos como a otros en la manera PRÁCTICA en la que podemos construir conocimiento. Así hay numerosas metodologías y recursos.
Muchas veces me encuentro con estudiantes a los que en las clases de didáctica les toman en los finales qué dice tal o cual autor ¿No sería más productivo preguntar cómo utilizarías vos lo que te sugiere ese autor para un caso en concreto? Y también, en no pocas ocasiones nos encontramos con que la didáctica en si misma se trabaja a partir del positivismo, de la sola lectura de teoría que muchas veces nunca se llevaron a la práctica (conozco muchos autores que nunca estuvieron en una clase presencial).
Todos tenemos que encontrar nuestra propia metodología, no hay recetas y se va construyendo con la práctica. Entonces queridos colegas y amigos es hora de que lo hagamos nosotros por nosotros mismos. De a poco, hablemos de lo que nos cuesta y porqué, compartamos recursos. Empecemos por un capítulo de una serie: la miramos y pensamos entre todos qué proceso histórico podemos abordar. ¿Cuáles son los contenidos que priorizaremos? Qué reflexión puede dispararle a los chicos tal charla Ted?, Tengo este texto ¿cómo lo trabajaríamos?, etc… Hay miles de recursos pero primero tenemos que apropiarnos nosotros de él.
Pero sobre todo pensemos que este año los chicos y las chicas van a «construir» conocimiento de otra manera, y que para eso tenemos que partir del ensayo y el error, que es como se aprende. Sé que nos están volviendo locos y que se quiere mostrar excelencia académica a partir de un cúmulo de actividades «a distancia» que también vuelve locos a los estudiantes que se sienten tan presionados como nosotros. Acortemos nuestras distancias, compartamos, comuniquémonos, acompañémonos.
El día que entendamos que la educación también debe ser una construcción horizontal que se relacione con la realidad en la que vivimos y sirva para transformarla… otra será la cuestión. Pero estamos a años luz de eso (por ahora).
Laura Benadiba
Historiadora. Directora del Programa de Historia Oral de la Escuela ORT. Presidenta de la Asociación Otras Memorias, Asociación Civil para la difusión y la enseñanza de la Historia Oral. Autora y coautora de múltiples trabajos relacionados con la Historia Oral publicados en libros, revistas y páginas web dedicadas a la materia.