Friburgo de Brisgovia, Maravilla en la Selva Negra

La llaman La Puerta de Entrada a la Selva Negra, es la ciudad alemana con más horas de sol, y también llamada Capital Alemana de la Ecología, hoy visitamos Friburgo de Brisgovia.

Ubicada al sudeste de la cuenca del Rin superior y al oeste de la Selva Negra, Friburgo de Brisgovia fue fundada en el año 1120 por el duque Conrado de Zähringen.

Ciudad con rasgos medievales, aunque una importante fue reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, lo hizo manteniendo todas las características típicas de mediados del milenio pasado.

Más de tres millones de turistas visitan esta ciudad cada año, a la cual solo pueden ingresar vehículos con baja emisión de gases, en una ciudad que cuida como pocas el medio ambiente en toda Alemania.

Esta es una ciudad que puede recorrerse sin miedo a perderse, empezando por las dos puertas medievales de la antigua muralla que protegía la ciudad (foto portada).

La más antigua es la Puerta de Martinstor, un símbolo de la ciudad, y lo que llama la atención del turista al atravesar dicha puerta es una placa que recuerda a tres mujeres que fueron quemadas en el año 1599 por creerse que eran brujas.

La otra es la Puerta de los Suabos. del siglo XIII, ubicada a unos 500 metros de la Martinstor, y alberga en su interior el Museo Zinnfigurenklause, que exhibe miles de figuras artesanales de hojalata y dioramas que relatan hechos notables, por ejemplo, la Revolución de Baden.

Hay otra puerta más, la Puerta de Breisach, que fue construida a partir de 1677 en las antiguas murallas durante la ocupación francesa.

Mirador PaisajisticoCanaletas o Bächle

Una de las características visibles a simple vista es la cantidad de canaletas, llamadas Bächle, una especie de acequias en plena ciudad, que la atraviesan llevando el agua de lluvia a los cursos de agua cercanos.

El dicho popular dice que “quien acabe metiendo los pies en uno de ellos acabará casándose con un lugareño”.

Un imperdible, la Catedral o Münster, construida en estilo gótico en el año 1200 por el Duque Bertold V de Zähringen, y cuya construcción duró más de 300 años.

Es un milagro que no haya recibido daños durante la guerra, por lo que nos puede contar los 800 años de historia de la ciudad.

Así fue que la mayoría de los maestros de obras a cargo de su construcción no llegaron a ver el resultado final, por lo que tuvieron que confiar en que la catedral sería terminada tal como ellos deseaban, como ocurre en la actualidad con Sagrada Familia de Gaudí en Barcelona.

Fue la primera catedral en la historia del arte gótico construida de una manera completamente perforada, modelo a seguir por muchas iglesias europeas.

Se destaca como símbolo de Friburgo de Brisgovia, cuya torre oeste o campanario mide 116 metros de altura, la que según algunos historiadores consideran es la torre más hermosa de la tierra.

Catedral de Friburgo de Brisgovia

Su campana pesa 3 toneladas, y ha cumplido 750 años, y es de las más más antiguas campanas de Angelus de Alemania, con sonido especial, dicen, melancólico, fuerte y claro.

Cuenta con numerosas agujas y gárgolas que decoran los muros, muy del estilo Edad Media, son 91 figuras diseñadas de forma individual que tienen la función de proteger los muros de un exceso de agua de lluvia.

Pero además, como siempre hay alguna leyenda de tantos años, y es que dichas gárgolas fueron representadas con grandes bocas gritando, porque tienen la tarea de mantener a los demonios alejados de la casa de Dios.

La Catedral de Friburgo de Brisgovia permite el ascenso a su torre, pero no es para cualquiera, ya que no cuenta con ascensor y la tarea para llegar arriba empieza con 333 escalones.

Gárgolas de la Catedral de Friburgo

Siguiendo la caminata por el casco antiguo, su calle principal es la Kaiser-Joseph-Straße, que llega a una de las mencionadas puertas medievales, pero otra calle muy recomendada para el rato de descanso, es Gerberau, cerca al canal de la ciudad y donde se encuentran cafeterías y cervecerías.

Una de las cervecerías más antiguas de esta ciudad es Hausbrauerei Feierling, que abrió sus puertas en el año 1877, cerca de Augustinerplatz.

Otro lugar emblemático en el rubro gastronomía es Um Roten Bären es un establecimiento que lleva abierto, con constancia por escrito, desde el año 1120.

Se recomienda una estadía de 1 o 2 días en la ciudad para recorrer y disfrutar tanto de sus sitios históricos como de sus calles y su gastronomía, y para poder llegar también hasta su Mirador Paisajístico, de 35 mts. de altura.

Llamado Schlossbergturm,  para llegar habría que subir los 251 escalones de la llamada Salzbüchsletreppe, aunque por suerte allí hay un funicular que alivian la tarea.

Con ingreso gratuito, una vez arriba, a unos 200 metros sobre el casco histórico, se disfrutará de vistas únicas de la ciudad y los verdes valles, los viñedos cercanos y los ríos de la región.

Distancias: Munich se encuentra a 425 kilómetros, pero desde Zurich en Suiza, solo son 150 kilómetros a recorrer, desde Estrasburgo en Francia, 90 kilómetros, por lo que es una buena opción intermedia si se está recorriendo alguna de las dos últimas ciudades mencionadas.

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