Isla de Tesoros, Piratas, y el Capitán Nemo de Julio Verne
Todos queremos saber dónde está la pequeña isla gallega en la cual se encontrarían fabulosos tesoros, con oscuros secretos, historias de piratas y hasta la participación del Capitán Nemo de Julio Verne.
Esta isla está ubicada en el noroeste de España, en medio de la Ría de Vigo, se trata de la Isla de San Simón, un lugar sacado de un cuento, mágico, y unida por un puente a otra pequeña isla, la de San Antón.
La Isla de San Simón tiene una historia bien nutrida y variada, ya que fue saqueada por piratas, testigo de cruentas batallas, fue residencia de desahuciados y también sitio vinculado a la historia más oscura de España.
Y también es uno de los escenarios clave de un clásico de la literatura universal, como lo es «20.000 leguas en viaje submarino» de Julio Verne, con el detalle que desde el cercano puerto de Cesantes hasta San Simón, en el medio del agua se levanta una estatua del escritor francés Julio Verne.
Pero además, cuando la marea está baja, a su lado se podrá ver otra estatua, la del Capitán Nemo, el personaje tan vinculado a la Ría de Vigo y la Isla de San Simón.
«De las cajas y de los barriles se escapaban lingotes de oro y plata, cascadas de piastras y de joyas. El fondo estaba sembrado de esos tesoros. Cargados del precioso botín, los hombres regresaban al Nautilus, depositaban en él su carga y volvían a emprender aquella inagotable pesca de oro y de plata».
Estos son párrafos escritos por Julio Verne, donde menciona lo que el Capitán Nemo, a bordo de su submarino Nautilus, encontró al llegar a la Ría de Vigo, en «20.000 leguas en viaje submarino«.
La Batalla de Rande y los tesoros españoles
Antes de la llegada del Capitán Nemo, en el año 1702, la Ría de Vigo fue escenario del enfrentamiento de las fuerzas hispano-francesas contra las anglo-holandesas.
Los españoles buscaban refugio allí, ya que traían el mayor tesoro que había cruzado el Atlántico, con un enorme cargamento de oro, plata y joyas procedentes de sus colonias de América.
Entre historia real y leyenda, se dice que los españoles apoyados por los franceses, lograron descargar las riquezas o gran parte de ellas antes de ser abordados por los invasores, otra de las teorías es que los españoles antes de ver arrebatados sus tesoros por los ingleses, hundieron sus galeones.
Desde entonces, la leyenda de tesoros hundidos dio lugar a numerosas investigaciones y expediciones para dar con los tesoros.
Luego de un tiempo de tranquilidad en la Isla de San Simón, en el año 1838, se inauguró un lazareto marítimo que durante los siguientes 85 años sirvió como centro de inspección sanitaria y cuarentena para las tripulaciones y pasajeros de buques, cuyo destino final era el cercano Puerto de Vigo.
Aquellos encontrados infectados, eran llevados a la anteriormente mencionada isla vecina de San Antón, comunicada por un puente flanqueado por dos portalones que solo cruzaban los enfermos terminales y las religiosas que se encargaban de su cuidado.
En la actualidad la isla de San Simón es un espacio natural protegido, donde se realizan variadas actividades culturales, como el Festival de Música Sinsal, que se realiza cada verano, aunque en este 2020 será difícil por la pandemia mundial.
La gran cantidad de visitantes que llega a San Simón no conocen en su mayoría, que la isla fue también parte de la historia oscura de España, donde funcionó una de las peores cárceles del franquismo.
La Junta de Galicia regaló a los habitantes de Vigo en el año 2004 una estatua en homenaje a Julio Verne, quien inmortalizó la Ría de Vigo a través de su famosa novela Veinte mil leguas de viaje submarino.
La obra fue realizada por Ramón Lastra y Sergio Portela, y está ubicada entre la isla San Simón y la playa del pueblo de Cesantes, recreando una escena de la obra de Julio Verne.
En ella se destacan además del autor, el Capitán Nemo y un buzo del submarino Nautilus recogiendo los tesoros de la Batalla de Rande, escondidos en la Ría.
Las esculturas están realizadas en bronce envejecido, sobre un peñón se encuentra el Capitán Nemo, y los dos buzos sólo pueden ser vistos cuando la marea está baja.
Y aunque se hayan buscado durante siglos, siempre se está a tiempo de encontrar alguna moneda de oro o plata, quien les dice, si andan por la zona, una vueltita por la Isla de San Simón servirá para probar suerte, y recorrer la escenografía de una de las obras más importantes de ciencia ficción de todos los tiempos
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