
Lanzamiento del libro de artista Geotextil
Durante la última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires asistimos al lanzamiento y firma de autor del libro geotextil con textos e imágenes a cargo de la diseñadora de imagen y sonido y videopoeta Lucía Jazmín Tarela.
Geotextil se encuadra en la Colección Anamnesis de la editorial santafesina Palabrava y es lo que podríamos llamar un hermoso libro de artista o libro objeto que es una expresión artístico-plástica. En este caso, además se acompaña con un código QR que incluye videopoesías, sonidos e imágenes para acompañar la lectura.

La contratapa estuvo a cargo de Gabriel Saie, director, guionista y editor, graduado de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires. A continuación reproducimos en exclusiva un texto de su autoría escrito especialmente para el libro:
Sobre el vacío se imprime el texto, blanco sobre negro. El paisaje digital se trama en la red. Geotextil nos invita a abandonar el sentido en la atomización de la palabra, donde el último fragmento del título se vuelve sólo sonido.
En su búsqueda de los lugares otros, ¿nos encontramos ante la manifestación de una poesía para cyborgs? En los poemas reaparece un ritmo visual obsesivo, el barrido de la imagen y composiciones gráficas donde las letras iteran como en un banner en cortocircuito.
Al repetirse el mismo poema reversionado, desde otro punto de vista de su tridimensionalidad, Lucía Jazmín Tarela nos permite descubrir la diferencia de escalas en la lectura.
Ahí donde el texto es ilegible, en un vórtice que vuelve aleatorio el sentido, predomina la forma y se nos ofrece un acercamiento conceptual desde la idea de lo geotextil. ¿O es tal vez el mensaje de una computadora que aprende a hablar y ensaya palabras, arrastra las letras, y se pregunta por los signos en su arbitrio?
El libro invita a ser leído en la oscuridad, como una ventana para proyectarse. Las estructuras lineales en las sombras conforman un redil: fantasmagorías en la pantalla de la noche, como autos, móviles de sentido que pasan intermitentes.
Ante la saturación del sentido en Internet, ¿es posible atravesar el exceso de información y alcanzar el poema? ¿Es necesario corromper al dispositivo para alcanzar la poesía, de la propia red interna, en medio del ruido? La autora cuestiona la omnipotencia de la máquina, y el automatismo es hackeado para generar el glitch. A veces, el rastro luminoso de las palabras -cortadas – se une a las siguientes para integrar una palabra nueva. El ruido introducido en el comando informático da lugar al espacio poético.
A la inversa, cuando aparecen poemas con una continuidad más tradicional pronto irrumpe lo arbitrario: la memoria de la máquina. Frente al humano devenido autómata, Lucía busca sensibilizar los circuitos. Replantearse, ante la imagen de los poemas pasados, ¿cuál es el apuro? El mar se repite, sí, como gusano de letras. Y su visualización genera un estado mental que permite combinaciones renovadas.
La lectura sostenida de geotextil logra que la linealidad deje de importar. El texto se dobla y se despliega, en listas de palabras y una instrucción. En su tejido híbrido, arremete con la idea de la naturaleza artificio. En los retazos que se dejan ver, hay una reincidencia del silencio, del sueño y del mar. En nuestro devenir constante entre lo material y lo informático, solemos olvidar que el soporte de lo virtual descansa en discos rígidos.
Geotextil presenta un resumen abstracto del cosmos donde hay un cielo de letras y formas, conexiones en nudos desplazados en caracol flotante, y una secuencia de imágenes en desplazamiento que deviene animación. Al final se recupera el color y ya no hay más palabras. Queda sólo la imagen de una nave para flotar.