Turismo Escondido: Lübeck, la Ciudad Ideal del Siglo XII
Volver al Pasado, eso es visitar Lübeck, considerada la Ciudad Prototipo Ideal del Siglo XII, que se encuentra en Alemania, y fuera fundada en el año 1143, que por nuestros días espera impactante e impecable, la visita del turismo cada año.
Esta ciudad alemana tiene un bello centro histórico, el que está incluido dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1987.
Para ubicarnos, Lübeck está a 285 kilómetros de Berlín, la Capital de Alemania, y a solo 60 de Hamburgo, a orillas del Mar Báltico, lo que estratégicamente la convierte en una ciudad de transito comercial activo.
Esto se demuestra con su historia, ya que en la Edad Media, Lübeck fue la capital de la Liga Hanseática o Hansa, la federación comercial que reunía a cerca de 200 ciudades de toda Europa.
Esto iba desde Londres en las Islas Británicas hasta Moscú en Rusia, bien al este de Europa.
Hay que reconocer la suerte de la ciudad, ya que pese a los bombardeos que sufrió Alemania en la Segunda Guerra Mundial, solo una quinta parte de la ciudad sufrió daños, llegando a nuestros días como se veía en la Edad Media.
Apenas llegues a la ciudad, es prioridad conocer la Puerta de Holsten, Holstentor, construida en el siglo XV, ubicada en una edificación medieval que posee la misma inclinación que la Torre de Pisa, en Italia.
Al ser de menor altura, no parece estar tan inclinada, pero los datos no mienten, y con sus características torres circulares, son el primer punto de interés.
También hay que llegar hasta la iglesia gótica de Santa María, la tercera iglesia más grande de Alemania, y la que posee la nave de ladrillos más alta del mundo, con más de 38 metros de altura.
A las 12 horas, hay que estar preparados para ver el curioso reloj astronómico en funcionamiento, y ver las cruces que recuerdan que la iglesia es uno de los centros de las Cross of Nails.
Para quienes gustan de descubrir esos puntos que te garantizan suerte, salud, o regresar a una ciudad, como las monedas en la Fontana di Trevi en Roma, o el beso a la leona de Girona, aquí también hay un personaje peculiar.
Se trata del Diablito, una escultura ubicada cercana a la entrada, que mide un metro aproximadamente, y posa sentado en uno de los zócalos exteriores.
Símbolos de esta ciudad son también las cinco iglesias góticas con sus siete agujas, las torres que dominan el perfil de la ciudad día y noche, característica de Lübeck.
Para quienes disfrutan la arquitectura de la época, esta ciudad llenará su alma de gozo, lo mismo que el edificio del Hospital Espíritu Santo, o Heiligen-Geist-Hospital, uno de los más antiguos y mejor conservados de todo Europa.
Completan los edificios más icónicos el Rathaus, edificio del ayuntamiento que posee una espectacular sala de audiencias, los antiguos almacenes de sal junto a la Holstentor, la puerta norte, Burgtor.
Llama la atención del turista recorrer calles o pasajes públicos pero que en realidad ya son parte de casas, pintorescas y prolijas, y los más reconocidos son los patios Glandorpsgang y Füchtingshof.
Para obtener las mejores panorámicas de la ciudad de Lübeck hay que recurrir a la torre de la St. Petrikirche, la iglesia de San Pedro, que tiene ascensor y puede ser visitada.
Más para ver, el Antiguo Castillo Convento Burgkloste, donde funciona el Museo europeo de la Hansa, Europäische Hansemuseum, siendo el mayor museo del mundo dedicado a la Liga Hanseática, y que fue inaugurado en mayo de 2015.
Una visita muy clásica es llegar a la Brauberger, única cervecería histórica, ya que antiguamente existían más de 180.
A la ciudad se la puede ver desde otro ángulo, desde el Río Trave, con sus paseos embarcados, que tendrían que tener más facilidad para el turista, pues solo se realizan con guías en idioma alemán.
Dedicarle 2 días a Lübeck sería ideal para no ir a las corridas de un lado a otro, para poder recorrer sus museos, sus edificios más emblemáticos, y degustar tanto las bebidas como la gastronomía típica.
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