Feliz 25 de mayo. Se Necesitan Más Patriotas y Menos Políticos
La receta de panqueques ganaría con todas sus variantes en un Master Chef de políticos argentinos, sin dudas, recibirían 1000 estrellas Michelin, aunque no serían precisamente ni ejemplo ni envidia, ni resistirían tampoco archivos de audio y video de otros tiempos.
Cuántas veces nos preguntamos, qué harían aquellos próceres que se jugaron realmente por hacer de la Argentina un gran país, los que arriesgaron su vida en los campos de batalla, con sable o pistola en mano, y no desde un perfil de Twitter o Facebook incentivando odios entre los mismos argentinos. Sin discursos retrógrados y tendenciosos, que solo sirven para alimentar posturas de barricadas pero no resisten el mínimo análisis.
Qué decir si los que abrazaban una causa en el éxito, la deploraron en su ocaso, qué decir si los que criticaron -y aún critican- recetas de turno las volverán a amar si se les ofrecieran codearse con el poder y qué dirán si “la taba cae de culo” -como se dice en el campo cuando la parte hueca de la taba cae hacia arriba-, qué dirán si las urnas les dan la espalda.
Podríamos nombrar a San Martín, Güemes, Belgrano, Sarmiento, Moreno, los hombres de Mayo, los combatientes de Malvinas y tantos más héroes anónimos, que se jugaron la piel y la sangre por el país, mientras que los actuales políticos, que se llenan la boca prometiendo sacrificios por la Argentina, lo único que hacen es asegurarse un lugar en las próximas elecciones nacionales en una lista de candidatos para cobrar suculentos sueldos y jubilaciones de privilegio.
Hoy es 25 de mayo, el cumpleaños de la patria. Sin dudas, lo que esperan humildemente quienes aman al país, es que aparezca alguna vez un nuevo patriota que se juegue a favor del pueblo y no en miras de la propia riqueza.
Sin banderas partidarias, desde 1810 a 2019 muchas cosas cambiaron en el mundo y por supuesto, en Argentina.
Sería bueno volver a las raíces, reencontrarnos con nuestro legado, nuestra tierra, quizás exista algún patriota por estos tiempos, que haya quedado por conocer.
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