Mi Buenos Aires Querido… Museo Casa de Carlos Gardel
Para el turista que llega a Buenos Aires, sea del exterior del país, de otra provincia de Argentina o tal vez simplemente de una localidad cercana, estar frente al Obelisco es sinónimo de haber llegado al hito mágico de la ciudad.
Y estar en Buenos Aires, es estar en la ciudad del tango por excelencia! Si decimos: Tango, decimos: ¡Gardel!
Gardel, Carlos Gardel o tal vez deberíamos decir Charles Romuald Gardès, como era su nombre real. Con ese nombre llegó junto a su madre, Berthe Gardès, a los dos años de edad a vivir a Buenos Aires y en la época de la Primera Guerra Mundial tuvieron que adulterar su documento de identidad para no ser alistado para el ejército francés en esa contienda bélica que azotaba Europa. Luego de esta situación, ya mayor de edad, para poder viajar a cantar a países del viejo continente sin tener inconvenientes, consiguió documentos falsos que acreditaban su nacimiento en Tacuarembó, Uruguay.
De allí la eterna controversia de la nacionalidad del Zorzal Criollo, ¿uruguayo, argentino o francés…?
Pero sin dudas, Gardel, el Morocho del Abasto, era porteño porque fue en esta ciudad donde forjó su leyenda. Cantante, compositor y también actor de cine, fue admirado y adorado más allá de las fronteras.
Y es en la Ciudad de Buenos Aires, precisamente en el barrio del Abasto, donde se encuentra el Museo Casa de Carlos Gardel. Está ubicado en la calle Jean Jaures 735, sin dudas, un lugar muy recomendable para que los tangueros de ley puedan visitar, para los amantes de la leyenda de Carlos Gardel y para el turista en general.
El Museo Casa de Carlos Gardel abre sus puertas a la manera de rendir homenaje al cantante de tango más importante de todos los tiempos.
Esta casa que hoy se ve convertida en el Museo, en la década de 1960 fue una tanguería. Tras funcionar como “La Casa del Tango” durante la década de 1980, en el año 2003 la casa fue reconvertida en el museo que es en la actualidad. Para ello, ha sido totalmente restaurada, recuperándose la grifería de la sala de planchado, de la cocina y del baño, que se encuentran en su estado original y donde se exhiben distintos objetos típicos de la vida cotidiana que se llevaba en la década del 1920.
Al entrar a cada habitación nos acercaremos más al Gardel humano, al de los momentos lejanos de los escenarios. Una de esas habitaciones fue la sala de ensayo, un lugar emblemático donde Gardel compuso varias de sus canciones. Otra habitación es su escritorio que denota el lado más íntimo del cantor. Hay recuerdos de sus composiciones, de turf, que era una de sus pasiones, recuerdos diversos recuperados de la época, como la mesa original del Café Los Angelitos que frecuentaba Gardel en dicho café porteño de la Av. Rivadavia al 2100.
La ex Sala de ensayo, Hamlet Pelusso
La Sala Carlos Gardel suena en la radio
La Sala de los Guitarristas
La última sala, que es la sala guitarristas, funeral y filmografía
Lograremos sentir con cada objeto parte de la vida del cantante, cada fotografía nos moviliza a esa época, cada canción que escuchamos allí nos eriza la piel, y por supuesto, se destacan todos los recuerdos gráficos de diarios y revistas de la época que referían al trágico accidente de 1935 en Medellín, que terminaba con la vida de Carlos Gardel hace justo 80 años.
Es muy recomendable llevar la cámara de fotos lista para captar cada detalle, cada recuerdo, tanto del interior como del exterior. Una salida cultural muy rica en historia y llena de emoción. Porque como dicen los porteños: “Gardel, cada día canta mejor”.
El Museo Casa de Carlos Gardel se puede disfrutar a lo largo de todo el año. Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 18 hs., sábados, domingos y feriados de 10 a 19 hs. Los martes permanece cerrado. El valor de la entrada general es de $ 5.- pesos y los días miércoles es gratis.
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