Oporto y Marsala, Dos Ciudades, Dos Vinos

Hace unos días tuvimos oportunidad de participar de una degustación de vinos de diferentes partes del mundo, y nos quedaron sensaciones muy intensas de dos vinos, no solo por sus cualidades y características, sino por sus historias, parecidas en cuanto a la elaboración del vino, Oporto y Marsala, en Portugal e Italia.

Oporto es la segunda ciudad de Portugal en cuanto a población después de la Capital Lisboa, siendo una ciudad que cuenta con un gran patrimonio histórico, una ciudad antigua que poco a poco se va modernizando, pero tratando de no perder sus raíces.

Para ello, cuenta con el aval importantísimo de la UNESCO, que ha declarado su centro histórico Patrimonio de la Humanidad en el año 1996.

Además de su centro histórico, Oporto también es muy conocida por la belleza de sus puentes, que datan de diferentes épocas y de distintos estilos arquitectónicos, que son icónicos de la ciudad y atractivos imperdibles para el turista.

Además, el turista común no podrá dejar de visitar otros sitos de atracción turístico y cultural, como la Torre de los Clérigos, que fue realizada por Nicolau Nasoni, la Casa da Música y la Fundación Serralves, dedicada al arte contemporáneo, y que es además el museo más visitado de Portugal.

Y otro atractivo para el turista es sin dudas la bebida que tiene el nombre de la ciudad, nos referimos al vino de Oporto, el cual es producido en la región vitivinícola del Alto Douro, y que es exportado desde las cavas que se sitúan en la margen izquierda del río Duero.

El vino Oporto cuenta en su elaboración de una técnica que consiste en añadir brandy al vino, durante el proceso de fermentación, así se interrumpe ese proceso de fermentado, resultando un vino con mayor contenido de alcohol, caracterizándose además por su gran intensidad aromática, la presencia del alcohol, su dulzura y la tanicidad en algunas de sus categorías.

El Oporto es un vino con contenido de alcohol de hasta 25 °G.L., y con sabor un más dulce, debido al azúcar remanente que no terminó de fermentarse, obteniéndose varios tipos como Vintage, Ruby, Tawny o 10, 20 hasta 40 años, que sirven como aperitivos o como digestivos así como para acompañar postres y quesos aromáticos fuertes.

Pasando al otro invitado de honor de la presente nota, llegamos en nuestro viaje imaginario a Italia, más precisamente a Marsala, un municipio de la provincia de Trápani, situado sobre la costa occidental de Sicilia, que también cuenta con un rico patrimonio cultural y paisajístico.

Marsala fue una ciudad afectada por un acontecimiento histórico mundial, ya que sufrió el bombardeo británico de la ciudad en el año 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, lo que provocó numerosas víctimas civiles y daños irreparables en los edificios del centro histórico barroco de la ciudad de Marsala.

A través de los años siguientes al final de la guerra, el centro histórico de Marsala comenzó con las obras de recuperación y valorización, restituyendo a la ciudad gran parte de su antiguo esplendor, con sus importantes edificios restaurados, como el complejo monumental de San Pedro, que es la sede del Museo Cívico, y el Convento del Carmen que hoy alberga la pinacoteca municipal.

Son muy reconocidas también las salinas y molinos de viento, el Real Teatro Municipal, que fuera construido en el siglo XIX, con la iniciativa de algunos nobles locales. El teatro fue reabierto en el año 1994, un pequeño joyero que cuenta con 300 ubicaciones entre platea, palcos y paraíso.

Y por supuesto, uno de sus embajadores a nivel mundial es el vino Marsala, un vino producido en la región, y que recibió la denominación de Origen Protegida en el año 1969.

Los habitantes de la ciudad toman a veces Marsala añejo, el vino producido para exportar es siempre fortificado y parecido al Oporto.
Originalmente el Marsala se fortificaba para asegurarse que resistiría los entonces largos viajes marítimos, pero en nuestros tiempos, se hace debido a su popularidad en el mercado exterior.

Uno de sus precursores fue el comerciante inglés John Woodhouse, que en el año 1773, arribó al puerto de Marsala y descubrió el vino local, volviendo años más tarde a Sicilia y en el año 1796, comenzó la producción masiva y la comercialización del vino de Marsala.

Oporto y Marsala, dos bellas ciudades, famosas por su propia historia, por sus paisajes, su gente, pero también por el reconocimiento mundial de sus nombres a través de sus vinos.

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