Turismo Escondido: El Pozo de las Ánimas

Hoy con nuestra serie de Turismo Escondido los llevaremos de viaje a un paisaje inédito de Argentina, ubicado en la Provincia de Mendoza, y que solamente tiene comparación con similares formaciones geológicas ubicadas en Sudáfrica: El Pozo de las Ánimas.

El Pozo de las Ánimas está a menos de 60 kilómetros de la Ciudad de Malargüe, cerca del Arroyo Las Amarillas, un sitio geológico al que se accede sin costo de ingreso, y que para los amantes de la naturaleza será un paraíso inolvidable.

Llegando al Valle de los Molles se encuentran dos depresiones importantes, denominadas “dolinas”, formadas por la erosión aplicada por ríos subterráneos, que dieron origen con el pasar de miles de años a dos lagos, dos espejos de agua turquesa de 265 y de 300 metros de diámetro cada uno, separados por pocos metros uno del otro.

Pozo de las Ánimas

La profundidad de los lagos se estima en unos 20 metros, y sus paredes de 90 metros de altura hacen más espectacular la vista, un espectáculo único en nuestro país, una visita que llevar apenas 3 o 4 horas para cualquier tipo de turista, ya que no hace falta ser escalador o aventurero para contemplar el Pozo de las Ánimas.

Leyenda del Pozo de las Ánimas:

Para darle un toque aún más tenebroso que su nombre, los lugareños cuentan que siglos atrás, existían dos tribus que habitaban una a cada lado de la cordillera, y que no tenían buenas relaciones, mejor es decir, tenían malas relaciones.

En una oportunidad, la tribu que habitaba del lado chileno de la Cordillera de los Andes, muy superior en número, persiguió a los habitantes del Valle de los Molles hasta bien entrada la noche.

Luego de una larga persecución, los habitantes del lado argentino dejaron de escuchar a sus perseguidores, y fue al amanecer del día siguiente, que los perseguidos retornaron a la ruta de escape, donde comenzaron a escuchar lamentos.

Dice la leyenda que al llegar hasta allí, observaron dos enormes depresiones, donde el piso se había hundido bajo los pies de sus enemigos chilenos, y en el fondo se hallaban los moribundos atacantes, cuyos gemidos y lamentos asustaron a la tribu del Valle de los Molles.

Desde ese entonces las depresiones fueron veneradas por la tribu, y al lugar le dieron el nombre de “lugar en el que lloran las ánimas”.

El sonido del viento que sopla intensamente en la zona, a más de 80 kilómetros por hora, hace que al pasar por las depresiones se escuche como un aullido, o tal vez, como lamentos de voces humanas.

Cómo llegar:

Volviendo meramente a lo turístico, el Pozo de las Ánimas se puede visitar durante todo el año, la entrada al sitio es gratuita, y llegar hasta allí no tiene mayores complicaciones, y como medida de seguridad hay una cerca perimetral para evitar accidentes.

Desde el momento de iniciar el viaje, el paisaje es increíble, y la cordillera le pone un marco inolvidable a la excursión hacia el Pozo de las Ánimas, donde se podrán tomar innumerables vistas fotográficas, en verano con el azul intenso del cielo, y en invierno, la nieve le cambiará totalmente el colorido.

Para quienes lleguen hasta Malargüe para iniciar la ruta hacia allí, el recorrido de cerca de 60 kilómetros se puede realizar en aproximadamente 1 hora, sobre la Ruta 222, entre Los Molles y Las Leñas, sin necesidad de utilizar vehículos especiales.

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