Seis relatos que atraviesan las zonas grises de la vida

El escritor correntino José Gabriel Ceballos lanza su nuevo libro Seis historias grises, donde reúne un conjunto de relatos (tres nouvelles y tres cuentos) atravesados por la grisura de la vida cotidiana.

Convocados por la novedad editorial, nos acercamos a conversar con el autor para profundizar en lo que se conoce como “la cocina del autor”.

José Gabriel, ¿cuál sería para vos el común denominador de estos textos?
Son historias que se esconden en esa zona de la vida donde parece que nunca pasa nada. Esa grisura donde no reina lo espectacular pero que, a veces, nos revela tragedias profundas.

¿Es un libro poco complaciente con el lector?
Tal vez. Las historias tienen su densidad y allí experimento bastante con la forma. El editor Leo Moglia me dijo que más que “grises” esas historias merecen llamarse “duras”. Pero creo que la literatura no tiene por qué ser fácil ni agradable entre comillas. Las historias aparecen, y, si uno siente la necesidad de abordarlas, hay que zambullirse en ellas lo más a fondo que resulte posible. Especular con el agrado fácil del lector sería una estupidez.

¿Hay una dosis especial de proyección de tu realidad en el libro?
Una de las novelas cortas habla de lo que fue la violencia política de los ‘70 para un chico muy semejante al que fui viviendo aquellas circunstancias. La novelita de los paterfamilias expresa mi pasión real por la paternidad y narra una historia real en muchos aspectos, de la que fui testigo aquí en el pueblo. El texto más breve, más que un cuento es un homenaje que quise hacer desde la ficción a un amigo muy real que tuve, el chaqueño Eduardo Fracchia. Bueno, esos serían los elementos tomados de la “realidad real”, más o menos. La imaginación hizo el resto.

El texto sobre Julián Garcés, el escritor, ¿en qué medida expresaría tu modo de vivir la actividad literaria? Me refiero justamente a Entrevistas con Julián Garcés.
No sé. Es cierto que allí hago un enfoque un tanto despiadado del oficio de escritor, pero siempre ajustado al personaje. La careteada, la hipocresía que a menudo se vende a los lectores, incluso el desprecio hacia el lector. Pretendí reflejar eso, nada más. Los argumentos que da Garcés son de Garcés.

Y podríamos agregar Tánatos siempre con Eros, como en varias de tus publicaciones anteriores… El cuento del asesino desahuciado lo representa cabalmente.
Es que el bicho humano es realmente así de complicado, siempre al filo de lo gris de la vida y la muerte.

Les dejamos un pequeño avance en la voz del autor, del cuento Domingo con Lagarto en Avenida Costanera:

Ceballos da muestra de su saber hacer con la escritura una vez más, en esta ocasión entremezcla pasajes salpicados de melancolía, recuerdos, política, desamor con la agudeza del observador que pesquisa sobre lo cotidiano. Sus fuertes historias son recomendadas para un lector sagaz que logre meterse de lleno en el clima propuesto y jugar el juego de la ficción literaria.

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