Ser sexy a los cincuenta y no morir en el intento

Por Daniela Rago*

“Si tenés más de cuarenta y cinco años, dejá de buscar jovencitas, necesitás una mujer madura que sepa reconocer un infarto y brindar primeros auxilios”. Esta frase, que bien podría decir cualquier hombre maduro a su mejor amigo, a las Mujeres 5.0 nos hace reír muchísimo. Obviamente esta risa no es un mensaje discriminatorio hacia las más jóvenes, sino una expresión de reafirmación, de no permitir que una etapa de la vida tape la otra.

Me gustaría hablarles de algunas características muy propias de nuestra edad, que nos hacen diferentes, más fuertes y más deseables. Los cincuenta no son ni mejor ni peor que otra etapa, pero es bueno saberlo para elevar nuestra autoestima que en general cuesta tanto levantar. La cuestión es cómo ser sexy a los cincuenta y no morir en el intento…

Las Mujeres 5.0 somos tanto objeto de deseo como seres deseantes. Y en esta relación de ida y vuelta conformamos una pareja: a veces más libre, a veces más estrecha, cama afuera o con libreta matrimonial, maridos, novios, amantes… como la prefieran. Pero siempre desde el lugar de sabernos valiosas y que no necesitamos imitar a otras edades para gustarle a nadie.

La publicidad y el marketing suelen utilizar cuerpos y rostros jóvenes y lozanos para vender sus productos (hasta ahora que aparecimos nosotras). Puede resultar irónico, pero incluso cuando nos venden cremas antiarrugas, la piel sobre la que se extienden en el comercial es suave y tersa. Hasta uno se pregunta cuando la ve por la televisión, ¿para qué necesita una crema antiarrugas esa modelo espléndida? Cuesta encontrar modelos de mediana edad que nos representen tal y como somos.

Daniela Rago en su programa de radio Mujeres 5.0

Lo bueno es que una vez doblado el codo de los cincuenta, la mujer ya tiene la sabiduría necesaria como para reírse de cómo se supone que es el mundo y disfrutarlo tal y como se presenta. Como ya venimos diciendo en otras notas publicadas, con la menopausia no llega el ocaso de las mujeres, muy al contrario, enamorarse de una mujer de cincuenta tiene muchas ventajas obvias y otras más ocultas que vale la pena destacar.

Una mujer de esta edad, si tuvo hijos más joven ya ha terminado con la primera crianza o por lo menos, con la parte más esclava de la maternidad. Serán adolescentes o más, y ella habrá organizado su vida de forma tal que cuenta con tiempo libre e independencia. No esperan que la pareja cumpla sólo el rol de padre, están buscando un compañero de vida y no un sustituto parental.

Después de los cincuenta años, las mujeres ya definieron su carrera y su situación económica, quien más quien menos está organizada con una solvencia financiera que le permite estar más relajada, disfrutar del tiempo libre y el placer con un hombre (o la pareja que elija).

El riesgo de embarazo es nulo o muy escaso y una vez superados los posibles síntomas de la menopausia, las Mujeres 5.0 se sienten libres de disfrutar del sexo como nunca. Muchas desean vivir lo que nunca hicieron antes, otras gozan sin vergüenza de todo lo que aprendieron en más o menos treinta y cinco años de actividad sexual. A esta altura de la vida, ¿se van a perder todo ese conocimiento práctico? Muchas, y cada vez más, están investigando con los famosos juguetes sexuales, preguntan, imaginan, prueban, se animan a lo nuevo.

Las mujeres de más de cincuenta no tienen cuerpos perfectos, piel tersa o un vientre plano. Su historia de vida ha marcado cada una de sus arrugas, la flacidez de los pechos o esa pancita que supo alojar algunos bebés. Pero con ese mapa de años escrito en la piel, también viene la seguridad de quiénes son y qué pueden lograr. No hay nada más sexy que una mujer que pisa fuerte.

Si disfrutás de una buena conversación, ya sea de política, cultura, actualidad o cualquier otra cosa, las mujeres de más de cincuenta han vivido lo suficiente como para enriquecer esa charla, con su interés especial para escuchar al otro y sumarle una experiencia de vida riquísima en las anécdotas.

Una mujer de más de cincuenta ha desarrollado un sentido de la empatía, la comprensión y la ternura que las más jóvenes aún no tienen. Si es hora de escucharte, ellas lo harán con genuino interés. Están abiertas a no prejuzgar y mantienen muchas de sus expectativas intactas, por lo que no dudarán en animarse y acompañarte en una nueva aventura.

Que tengan más de cincuenta no quiere decir que se hayan vuelto inválidas o descartables. Desde las clases de salsa, zumba, las salidas en bicicleta o la equitación, pasando por las runners o las locas del trekking, surf o el esquí ellas, hoy, siguen en forma y lo disfrutan.

Una mujer de cincuenta o más no piensa de un hombre 5.0 ya está mayor para determinadas cosas. Entendieron hace rato que cuando el hombre se mira en el espejo sigue viendo al joven que fue, sólo que su cuerpo se muestra con más experiencia. Además hacer el amor con un hombre de cincuenta te lleva a un entendimiento especial, por vivencias, recuerdos y momentos culturales compartidos.

Las mujeres de más de cincuenta se aman y aceptan como son, y cuando se enamoran de alguien no buscan que sea perfecto, sino que pueda disfrutar con ellas todo eso que tiene para dar, que es mucho y placentero.

Para finalizar, me gustaría contarles sobre una entrevista que le realicé al Dr. Juan Carlos Kusnetzoff, psiquiatra y sexólogo, en mi programa radial Mujeres 5.0 que nos amplía la mirada sobre nuestro tema. En un momento, hablábamos sobre que las mujeres de cincuenta pueden ser sexys sin querer parecer de menos años. Ante mis preguntas: ¿Cómo nos ve la sociedad a las mujeres de cincuenta? ¿Cómo es la mirada de los otros? ¿Cómo nos ven los hombres? Kusnetzoff me responde con frescura estas palabras que prefiero copiarles textual porque no tienen desperdicio!

“Cuando el hombre descubre esa situación en que una mujer de cincuenta acepta su edad y la lleva como lo que es, no se va más. Adora, quiere, siente. Porque una mujer de cincuenta «enlentece» su pretensión, desea ser «ámame en cámara lenta», la cámara lenta es propia de la sabiduría que uno adquiere después de estar en la más gozosa juventud, con el tiempo aprende que uno evita las olas violentas y se tiende a descansar sobre las playas más agradables, tranquilas, gozosas, por decir metafóricamente algo. La mujer que sí acepta el paso del tiempo a sus cincuenta / cincuenta y cinco años y lo disfruta, tiene actitud y valora todo lo que sabe, de ahí los hombres no se van más. Cuando el hombre se quiere dar una inyección de juventud y se junta con alguien de veinticinco y luego descubre la tranquilidad en el amor de las mujeres de cincuenta / cincuenta y cinco años que hacen el amor paso a paso lentamente, de ellas y de lo que piden, no se va más. Porque esas mujeres le dan conciencia no solo a sí mismas sino también al hombre. Cuando el hombre encuentra una mujer que los ama como corresponde ahí se quedan”.

* Daniela Rago es Lic. en Psicopedagogía y RRPP, creadora y conductora de Mujeres 5.0

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