Venecia y su laberinto en honor a Borges
En este año 2016 se cumplen 30 años del fallecimiento de Jorge Luis Borges, el escritor argentino que a través de su obra fue y sigue siendo reconocido mundialmente.
Por esa razón es que, tanto en nuestro país Argentina como en varios otros países, se están realizando numerosos homenajes recordando a su persona y su obra.
Hoy vamos a hacer una escala en la ciudad italiana de Venecia, ubicada a orillas del Mar Adriático, que es reconocida por sus islas, sus canales y su arquitectura.
En la Fundación Cini de la Isla de San Giorgio Maggiore, frente a la Plaza de San Marcos, fue construido un laberinto borgeano cuando se cumplieron 25 años de su fallecimiento. El laberinto está ubicado frente a la mayor biblioteca de arte de la región.
Borges había estado en el mismo lugar por el año 1984. Allí fue construido el mencionado laberinto sobre la idea del arquitecto británico Randoll Coate, debido a que Borges había comparado a Venecia con un laberinto y en recuerdo a su afamado cuento El Jardín de los Senderos que se Bifurcan, del año 1941.
Coate, quien era amigo de Borges, lamentablemente falleció antes de la inauguración. Él era el mayor especialista en la construcción de laberintos simbólicos del mundo en esos años, y este laberinto en particular está formado por ligustros sobre una superficie de 2.300 metros cuadrados.
En oportunidad de la inauguración en la isla de San Jorge Mayor, que tuvo su marco en una noche de luna llena, se escucharon grabaciones de Borges, como así también la lectura de un poema por su viuda María Kodama y se estrenó la composición musical Laberinto, de Julio Viera, a través de la Orquesta Sinfónica del Jura.
El laberinto veneciano es el segundo más grande del mundo, en el cual, con una vista desde lo alto de Venecia, se puede leer el apellido Borges escrito al derecho y al revés en espejo, en un juego de palabras y formas, de múltiples interpretaciones, como lo fue toda la obra literaria de Borges.
Sin dudas, un lugar para no dejar de visitar si se tiene la posibilidad de llegar a Venecia contando con tiempo suficiente para conocer esta obra, y por supuesto, tratar de encontrar la salida de este mágico laberinto.
Para completar, les dejamos un pasaje escrito por Philliphe Sollers, en su libro Diccionario del amante de Venecia, quien describe de modo maravilloso en su diario de ruta lo que esta mágica ciudad produce en sus visitantes.
“Una experiencia personal ligada a mi vida como escritor. Llegué allí muy joven y; desde entonces; todos los años; en primavera y otoño; he dedicado mucho tiempo a pasear; navegar; observar; respirar; dormir y embelesarme. Venecia; ahí radica su secreto; es un amplificador. Si uno es feliz; lo será diez veces más; si es infeliz; cien veces más. Todo depende de la disposición interior y de la relación de cada uno con el amor. ¿El amor? Sí; y en todos los sentidos: ángeles y libertinaje; arquitectura; pintura; música; novela; poesía; pero también aire; piedra; agua; estrellas. Naturaleza y cultura al fin equiparadas. Venecia no es un museo; sino una creación constante. Si se eluden los clichés; el turismo; la cháchara inútil; si se alcanza un auténtico anonimato; entonces se descubre el significado de la palabra paraíso. ¿El mundo se precipita hacia el caos; la violencia; el terror; la pornografía; la mercantilización? Pues no: vea; escuche; lea; éste es el lugar mágico del que deben dejar constancia los artistas y los espíritus libres.”
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