Vinchina y Laguna Brava, La Rioja. Turismo Escondido

San José de Vinchina, o simplemente llamado Vinchina, es una localidad de la Provincia argentina de La Rioja, bastante distante de la ciudad de La Rioja Capital provincial.

A más de 345 kilómetros de la capital de la provincia, Vinchina es uno de esos lugares que quedan a trasmano del viajero o turista común, pero seguramente con esta visita, empezará a ser considerado por nuestros lectores en futuros viajes.

Luego de mucho investigar se determinó que San José de Vinchina, fue fundado y se toma cada 29 de mayo para que se celebre el día de Vinchina, y en este 2022, festejó su 325 aniversario.

Historia, paisajes, paz, la amabilidad de sus 2400 habitantes, es lo que ofrece esta localidad riojana, al pie de la Cordillera de Los Andes, y punto de partida para aquellos que desean conquistar las montañas.

Nos ubicamos geográficamente, si bien en línea recta Chilecito o Famatina con Vinchina parecen ser ciudades alineadas y cercanas, por ruta nada es tan sencillo, pero como veremos, vale la pena aprenderse la ruta.

Habrá que tomar la Ruta Nacional 40, rumbo sur y oeste, para empalmar con la Ruta 76, y tomar rumbo norte, a la altura de Villa Unión, 70 kilómetros nos separan desde allí hasta arribar a nuestro destino: Vinchina.

Una vez arribados y alojados, podemos empezar conociendo los atractivos de la zona, y uno de ellos, a unos 3 kilómetros del centro, son las llamadas Estrellas Capayanes, testimonio de las culturas precolombinas que poblaron la región siglos atrás.

Están en el denominado Parque Arqueológico Estrellas de Vinchina, desde el casco céntrico en dirección al oeste, hacia las montañas, pero al que se llega incluso caminando.

Estas formaciones llamadas geoglifos, dibujos sobre la tierra, tienen la forma de estrellas de nueve puntas, realizadas en canto rodado, en piedra de colores rojo, blanco y negro,

Pueden visitarse actualmente tres estrellas, de las seis originarias, dos de ellas fueron reconstruidas hace unos años.

La Ruta 76 hace a las veces de avenida principal de San José de Vinchina, y siguiendo más allá, rumbo siempre al oeste, hacia las montañas, llegaremos también a Pirámide La Troya.

Bien señalizada en el camino, es imperdible por lo curiosa de su forma, bien piramidal, nos deja sin palabras, ya que su forma es perfecta, y al lado de otras laderas sin forma alguna, se destaca.

¿Seguimos subiendo y rumbo oeste?

Llegaremos entonces desde Vinchina a Jagüé, el último rincón habitado antes de cruzar a Chile desde territorio riojano, a unos 35 kilómetros, un viaje corto pero repleto de curvas, de cornisa y de paisajes.

Y seguimos entonces, hacia uno de los mayores atractivos en esa zona, a 85 kilómetros de Jagüé, llegamos a la maravillosa Laguna Brava, justo antes que el ripio de la Ruta 76 llegue a su fin en el límite con Chile.

Allí en esa zona inhóspita, salvaje, a 4.300 metros sobre el nivel del mar, se encuentra esta Reserva Natural Laguna Brava, cerca de allí se encuentran los refugios Mulas Muertas (cercano a la laguna del mismo nombre), y Laguna Brava, por si el clima se pone feo.

Para esta Reserva Natural, se debe pagar una entrada, en el paraje de guarda parques, en Jagüé, lo que provoca enojos entre quienes quieren transitar el ripio sin llegar a la reserva.

La laguna es salada y abarca unos 15 kms. de largo por 2 de ancho, habitada por flamencos rosados, además de chorlos, patos, águilas moras y halcones entre las aves, acompañados por zorros, pumas, vicuñas y guanacos.

Hay que tener en cuenta el clima en Vinchina, y más aún el clima en la zona de la Laguna Brava, ya que mientras el cielo está celeste hará calor, pero en minutos se puede colmar de nubes y bajar la temperatura de los cero grados.

Y no hay un solo árbol donde cubrirse, para eso están los refugios con forma de nidos, en los que habrá un reparo ante inclemencias climáticas sorpresivas, por lo que siempre es conveniente hacer el viaje con un guía de la zona.

“Laguna Brava fue declarada Sitio Ramsar, denominación que deviene del nombre de la ciudad iraní donde se firmó la convención internacional para proteger los humedales, estaciones de aves migratorias, en este caso de flamencos rosados”.

Y para despedirnos de esta zona de La Rioja, no podían faltar las leyendas o historias curiosas, que los lugareños pueden contarnos siempre de manera corregida y aumentada, como son las historias orales.

Allí se encuentran los restos de un avión que aterrizó de emergencia, transportando caballos pura sangre ilegalmente desde Perú hacia Uruguay, quedando encajado en el salitre.

Ya oxidado y desguazado, solo quedan parte del fuselaje y cabina, pero es una foto obligada para dar fe de este acontecimiento, como tampoco hay que dejar de lado al Destapadito.

Se dice que este esqueleto pertenecía a un prófugo chileno, o un arriero, lo seguro es que era indocumentado, falleció congelado en la década del 50 del siglo pasado.

Su cuerpo fue sepultado, colocándole piedras a modo de tumba, pero al regresar al fin de cada invierno, las piedras estaban caídas y el esqueleto al aire libre.

Dice la leyenda que el difunto no quiere estar cubierto, por eso se le conoce como El Destapadito, y el sitio se ha convertido en lugar de culto, donde algunos le rezan y piden favores o milagros.

Otros dejan notas con sus pedidos o agradecimientos, dejando ofrendas o monedas junto al cadáver.

Atención: La mejor época para visitar la Laguna Brava es de septiembre a abril, o sea, primavera y verano, y en caso de mal clima en La Rioja, especialmente en esta zona aislada, el Guarda Parques puede negar el paso para evitar accidentes.

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