23 de abril, Día Internacional del Libro

Aprobado por la Conferencia General de la UNESCO, desde el año 1995 cada 23 de abril se celebra mundialmente el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor.

Ya desde el año 1923 se propuso en Cataluña la idea de instaurar el día 23 de abril como el Día del Libro, tomando esa fecha por la muerte de Cervantes, Shakespeare y del Inca Garcilaso de la Vega, el mismo día.

Si bien Cervantes murió el 22 de abril, fue sepultado el 23, y la muerte de Shakespeare fue el día 23 de abril del calendario juliano, lo que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano, igualmente la fecha fue propuesta por Vicente Clavel Andrés, escritor de Valencia, España, ante la Cámara Oficial del Libro de Barcelona en el año 1923, la cual fue aprobada en el año 1926 por el entonces rey Alfonso XIII.

torre babel

En realidad el primer festejo del Día del Libro fue el 7 de octubre de 1926, y ya desde 1930 pasó a la fecha actual, 23 de abril.

La Unión Internacional de Editores de España propuso la idea del Día del Libro ante su gobierno, y el gobierno español lo presentó a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y La Cultura (UNESCO), y desde el año 1995 se festeja mundialmente este día.

Cada año, una ciudad es elegida Capital del Libro, y durante todo ese año, en dicha ciudad se realizan eventos y celebraciones con el libro como homenajeado.

La primera ciudad elegida fue en el año 2001, y ese honor fue para Madrid, Buenos Aires fue la Capital del Libro en el año 2011, y en este año 2016, la Capital del Libro es Wroclaw, ciudad de Polonia.

Cuando Buenos Aires se postuló para ser la Capital del Libro, lo hizo con un slogan que sin dudas convenció a la UNESCO:

«Dicen que en Buenos Aires no hay que salir a buscar los libros, porque los libros lo encuentran a uno.»

Al proclamar la UNESCO a Buenos Aires, sintetizó su decisión “por la calidad y variedad de acciones que promueven la actividad literaria en una ciudad que cultiva la lectura y la creación como una de sus principales actividades simbólicas”.

Todos recordaremos la Torre de Babel, la obra de Marta Minujín, exhibida en la Plaza San Martín, realizada con libros, torre a la que se podía ascender subiendo en espiral, varios metros de altura.

torre_babel1

La importancia que los libros han tenido desde siempre puede sintetizarse en que sin ellos, no hay aprendizaje, no hay imaginación, no hay sabiduría, y tampoco habría memoria.

Dejamos para el final, como regalo, una frase mágica del escritor argentino Jorge Luis Borges:

“De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación”.

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