Nosotras 5.0 y los otros

Por Daniela Rago*

Les propongo repensar todo lo que tiene que ver con nuestros vínculos a los cincuenta, cómo los encaramos a esta altura de la vida con más de medio siglo caminado y cómo transformamos nuestras vivencias en nuevas formas de relacionarnos con los otros. Destaco el hecho de que no podemos ser si estamos solos. Sólo podemos ser si estamos con los otros.

Yo no sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero cuanto más sé qué quiero y más me conozco, descubro más gente linda que me hace bien, que me llena de energía positiva y a la vez, descarto más gente que está en otra frecuencia… que debo soltar. Esto me sucede cada día con más urgencia. La paciencia cuando uno ya sabe lo que desea es más limitada y por otro lado, el saber que ya no se discute lo indiscutible ni se cambia al otro sino quiere cambiar más todo lo que hemos capitalizado en los años vividos, nos lleva a plantearnos que los afectos se eligen nuevamente, se crean nuevos “contratos” afectivos, transformaciones vinculares y yendo más lejos, rompimientos muy elaborados y pensados.

Daniela Rago en su programa de radio Mujeres 5.0

A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades como puede ser una pelea con nuestros hijos, nuestra familia, una ruptura de pareja dolorosa, una enfermedad seria, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos… un planeta en cuarentena. Nos preguntamos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para seguir adelante. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.

El significado de resiliencia, según la definición de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas para salir fortalecidos con la experiencia.

Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Se trata de una manera diferente y más optimista de ver el mundo, ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa.

En las Mujeres 5.0 la resiliencia todavía es posible, aun cuando toda la biografía y la historia de vida hayan sido dolorosas. Solo es cuestión de proponérselo y trabajar en ello para ser felices.

Como tantos otros temas que aparecen en nuestra querida década, el famoso síndrome del nido vacío es uno más de los que vienen a empañar nuestra etapa cincuentañera. Un momento que hay que atravesar lo mejor posible aunque venga acompañado de pérdidas, a veces vividas como abandonos. Muchas Mujeres 5.0 no logran verlo como una etapa necesaria de sus vidas, una oportunidad única de pasar a sentirse más libres para lograr aquellos deseos postergados y abrir un camino hacia la introspección, creando un nuevo futuro.

Por eso me parece importante darnos un espacio para hablar de nosotras 5.0 y lo que significa el síndrome del nido vacío. Así despajaremos fantasmas y abriremos la mirada al porvenir con la felicidad que da dejar atrás toda etapa bien vivida con nuestros hijos.

En general, se dice que la cantidad de tiempo que hemos invertido en la relación con nuestros hijos es proporcional a la cantidad de sufrimiento que sentimos una vez que ellos se van de casa. Pero, ¡esto no tiene porqué ser así!

La gran tarea para los padres, en todas las fases de crecimiento de sus hijos, es la de aprender a desprenderse de ellos. Y les digo que esto es mucho más que un simple juego de palabras, porque no es fácil para nadie pero tampoco imposible si logramos ver lo positivo.

Hoy en día, con los cambios de época, suele suceder que la independencia de los jóvenes se da de manera más tardía que antaño por varios factores culturales, económicos y sociales. Eso lo hace coincidir con otros cambios en la vida de los padres como podría ser la jubilación, las alteraciones hormonales, la menopausia, las enfermedades y/o muertes de los abuelos. En definitiva, es una etapa de la vida familiar y personal enfocada a superar separaciones afectivas. Resulta necesario remarcar que no se trata de una enfermedad aunque algunos síntomas parezcan similares, sino de un momento familiar a superar, una forma de reorganizarse aunque pueda venir acompañado de sentimientos de desazón, angustia, soledad y una cierta crisis vital que se siente como un vacío interior cuando los hijos han abandonado de forma permanente la casa familiar.

No es fácil vivir la experiencia de un hijo que parte hacia su independencia y más cuando son padres que hicieron de la familia el centro de su vida, restándole dedicación durante esos años a sus propios proyectos. Para las Mujeres 5.0 este puede ser un buen momento para reorganizar sus vidas, sus prioridades y lanzarse a la aventura de lo nuevo.

Tradicionalmente, el papel de la mujer en la familia ha estado vinculado al cuidado de los hijos y el hogar, mientras que el rol del hombre consistía en la manutención. Por este motivo, muchas veces la salida de los hijos del nido afecta más a la madre. Esto sigue ocurriendo hoy en día en algunas familias tradicionales, en las que las mujeres que no trabajan fuera del hogar y convierten el cuidado de sus hijos en su objetivo de vida.

La realidad de nuestra época nos muestra que los roles hombre/mujer han cambiado mucho. La mujer de cincuenta cambió para mejor. Por eso es que podríamos afirmar que una Mujer 5.0 con proyectos, vida social y profesional activa, dedicada también a su cuidado personal, es menos vulnerable a transitar esta etapa, y se encuentra más preparada para llenar ese vacío del hijo que se va. El hecho de tener un proyecto en la cabeza, una representación de imágenes en la cabeza, modifica completamente las emociones. La memoria de lo vivido y un proyecto a futuro modifican emocionalmente la manera como uno siente el mundo. Por ejemplo, en Francia hay universidades de la tercera edad, con personas de más de cincuenta y sesenta, que tienen un desempeño intelectual extraordinario. Es decir que se ponen de nuevo a estudiar, ya sea en el marco de su formación continua o inscribiéndose en primer año junto con los chicos.

Decíamos que el síndrome del nido vacío no solo afecta lo personal sino a la pareja parental, porque después de años dedicados a ser padres, con la salida de los hijos, se tiene que volver a ser pareja. Reacomodarse suele no ser fácil.

Si estos vínculos han estado equilibrados a lo largo del ciclo familiar, los cambios de esta etapa se harán paulatinamente hasta conseguir una buena adaptación. Resulta una excelente oportunidad para reencontrarse con el ser amado con quien compartimos tantas situaciones de la vida y planificar nuevas metas para esta relación.

Ahora si ser padres ha predominado, o incluso ha sido el único motivo para permanecer juntos, seguramente emergerán problemas en la relación que se encontraban ocultos por la dedicación al cuidado de los hijos. En estos casos, puede aparecer insatisfacción en la pareja, distanciamiento, incomprensión, discusiones frecuentes y pocas ganas de generar proyectos a futuro juntos.

En el caso de las familias monoparentales donde por ejemplo, la mujer debe llevar adelante todo sola y sus deseos personales fueron aplazados en pos del bienestar de los hijos y el hogar, se vuelve más difícil aún. La independencia de sus hijos deja un espacio vacío mayor, por lo que adaptarse a este cambio requiere emplear más recursos afectivos para superarlo. Esto de ninguna manera debe ser un índice de dejarse caer en la tristeza sino salir más fortalecidas para seguir adelante.

Lo importante es poder liberarse del miedo a estar solas, siendo una etapa de reencuentro con la pareja y con nosotras mismas. Piensen que tenemosmás tiempo libre para nuestros deseos y metas. Una linda etapa para promover el diálogo, tolerar las diferencias, iniciar actividades conjuntas, disfrutar del tiempo libre y utilizar la creatividad para los nuevos desafíos de la vida. Ayuda mucho aceptar que nuestros hijos han crecido y desean vivir de forma independiente, hacer su propia vida sin que eso signifique no verlos más o dejar de compartir momentos hermosos con ellos.

Entonces, Mujeres 5.0, mi propuesta es enfrentar esta etapa lo más sanamente posible. Antes que nada, saber que es un momento de crecimiento no solo para nuestros hijos que ya se sienten independientes sino para nosotras mismas. La vida es una sucesión de ciclos que debemos transitar y es bueno que ellos tomen sus propias decisiones como adultos. Además, es importante cuidar nuestra relación de pareja siempre, no solo cuando volvemos a estar uno frente al otro. Y lo que venimos transmitiendo a lo largo de cada página de este libro, la importancia de dedicarnos tiempo a nosotras mismas: tiempo libre, bienestar, animarnos a actividades nuevas, proyectos, recrear nuestras ilusiones, fomentar las amistades y la vida social. Hay un cambio de manera de sentir el mundo en las Mujeres 5.0, de la manera de inscribirse en el mundo, con la acción, con el afecto, con la mentalización, que son los puntos fuertes de las mujeres de esta edad.

* Daniela Rago es Lic. en Psicopedagogía y RRPP, creadora y conductora de Mujeres 5.0

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