Conversamos con el escritor Pablo Guggiari sobre la peculiar historia de su libro

Pablo Guggiari es el autor de Frenar para ganar, un libro que rescata la historia de la primera fábrica argentina de frenos a disco y su irrupción en el Turismo Carretera.

A principios de la década del 60 se creó en la ciudad de Buenos Aires una pequeña empresa de fabricación y colocación de frenos a disco. La tecnología era nueva en el país y los pilotos y preparadores de Turismo Carretera descubrieron que esos frenos mejoraban el rendimiento en las competencias. El Turismo Carretera por esos años comenzaba a dejar las rutas de tierra y pasaban a competir en circuitos permanentes y semipermanentes asfaltados.

Gracias al impulso inicial de José Froilán González y a la capacidad técnica de Luis María Guggiari, los Discofren fueron instalados en los autos de los corredores más destacados y marcaron diferencia durante varios años. El avance de los motores generaba más velocidad y necesitaban mejorar la calidad del frenado de las máquinas por la seguridad de los propios pilotos.

A partir de estos episodios donde se entremezclan la historia de la industria automotriz argentina con la familiar del autor es que quisimos conversar con Pablo Guggiari.

Pablo Guggiari junto a la editora Gabriela Tenner en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2023

—Pablo, contanos ¿cómo surgió la idea de publicar el libro Frenar para ganar?

Tras varios años de investigación, sobre la fábrica de mi abuelo me encontré en un momento con una gran cantidad de material (anécdotas, fotos, notas en diarios y revistas, y mucho más) y me di cuenta que su historia estaba olvidada en el automovilismo, al mismo tiempo noté que tenía un gran atractivo y que al contarla a gente relacionada con la actividad, todos se sorprendían, hasta emocionaban, por lo que entendí que tenía entre manos una muy linda historia para contar, y que tenía sin dudas el atractivo para ser plasmada en un libro.

—Sí totalmente de acuerdo, entonces ¿con qué se van a encontrar los lectores cuando lo lean?

Van a encontrarse con un libro interesante y distinto a mi entender, en el cual van a hallar una historia emocionante y al mismo tiempo, cargada de documentación y datos técnicos relevantes con un prólogo de lujo, escrito por Irma Emiliozzi. En el mismo, se detalla la historia de Discofren desde sus inicios hasta su final, junto con la historia de los principales pilotos que pasaron por la fábrica. También en forma breve, cuento cómo pude reencontrarme con la olvidada historia de mi familia en un museo, lo cual fue el disparador para la investigación, un capítulo interesante según los comentarios de los lectores.

—¿Recordás algo que te haya llamado más la atención durante este recorrido de escritura del libro?

Lo que más me sorprendió de esta historia y al mismo tiempo creo que también es la mejor definición de lo que significó Discofren para el automovilismo nacional son los nombres de los pilotos equipados por la fábrica. Basta decir Dante y Torcuato Emiliozzi, Jorge Cupeiro, Luis Di Palma, Santiago Saigos, Cesar Malnatti, Carlos Pairetti, Nasif Estefano, Norberto Polinori, entre otros, son solo algunas de las figuras que confiaron un elemento tan sensible como los frenos a Discofren. Estamos hablando de un elemento muy sensible del cual no solo depende el tiempo de vuelta de un auto, sino la vida de un piloto. También pude descubrir, tal vez el mayor secreto de la calidad de los equipos, el cual fue el banco de pruebas, donde luego de horas y horas de trabajo, se llegó a desarrollar un producto superior a los importados. Otro punto importante es la incorporación de mi abuelo, Luis M. Guggiari, a la sociedad, el cual fue seleccionado por Froilán González. Recordemos que Froilán, había trabajado con ingenieros de Ferrari al más alto nivel, por lo que es un hecho no menor, que, al conocer a mi abuelo, se haya maravillado con su trabajo y haya expresado a su otro socio, Juan José Reynal “este tipo es un genio, un artesano, no existe nada que este tipo no pueda fabricar”.

—De lo que contás se desprende que hiciste un buen trabajo de investigación hasta llegar al libro, pero te diría que en dos líneas: la familiar para reencontrarte con tu abuelo y la de una época que marcó la industria automotriz argentina.

Sí, al inicio de esta investigación, solo contaba con un pequeño archivo familiar, en el cual había algunas fotos, recortes de diarios y publicidades de la época. Este archivo, si bien fue la base de la investigación, no era suficiente a mi modo de ver, por lo que entrevisté a ex miembros de Discofren, pilotos de la época y muchas personas que fui conociendo que aportaron material realmente significativo a esta historia. Fue sorprendente la predisposición de estas personas para colaborar, y los nuevos amigos que me regaló la vida durante este viaje. Imaginate que la primera persona que leyó el libro, aun en bruto sin las correcciones, fue Irma Emiliozzi, hija de Torcuato Emiliozzi, la cual me regaló un prólogo soñado y creyó en la historia desde el primer momento. ¡Muy emocionante! Luego, para plasmarlo en el libro, colaboraron diseñadores gráficos, diseñadores industriales, ingenieros y fue fundamental el trabajo de Motorlibros / Lenguaje Claro para darle forma, corregirlo, editarlo y comercializarlo en las mejores librerías del país.

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