Conversamos con la escritora y dramaturga Diana Amiama

En pocos días más saldrá Un grano de arena, una nueva novela de la escritora y dramaturga Diana Amiama. Ella nació en la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina y actualmente reside en Bariloche. A lo largo de los años, se dedicó a la escritura y se especializó en dramaturgia, realizó traducciones de teatro francés y versiones de los clásicos. Además de incurrir en la narrativa donde se destaca como cuentista y novelista.

Un grano de arena habla sobre su ciudad natal La Plata, aunque sin nombrarla. Rescata su geografía, su historia y sus personajes. En Sobre Libros y Cultura quisimos darles la primicia de esta novedad editorial que pinta muy interesante y conversamos con la autora.

– Diana, nos enteramos de la próxima aparición de tu novela Un grano de arena, ¡felicitaciones! Contamos sobre ella, ¿cómo surgió la idea?

Sí gracias, estoy muy feliz. Bueno te cuento que surgió luego de una mudanza, una de las tantas de mi vida, a un edificio bastante particular en la ciudad. Hasta ese momento siempre había vivido en planta baja y esto de la altura representó una novedad para mí. En esa época observé detenidamente la ciudad, desde el mirador elevado donde armé mi nuevo hogar, también en mis recorridos de running, o a pie, ya que prescindí del uso del auto por la cercanía a todo lo que necesitaba y por resolver caminando cualquier tema de distancia. Conozco muy bien mi ciudad, La Plata.

– Bien, entonces ya nos das una pista del escenario. Y de la trama y sus personajes ¿qué nos podrías adelantar?

Me divierte observar cómo se complica la vida de las personas con pequeños detalles, como cambiar con cada nueva administración el nombre de las cosas conocidas, rebautizar plazas, parques y edificios en honor a nuevos compromisos históricos, alterar el calendario de fechas patrias, revisar la historia y tropezar en el presente con los días laborables y los de descanso corridos de su escaques para servir a la industria turística, generando desaliento y confusión a la hora de saber qué se conmemora, qué se celebra. El transporte cambia de números y recorridos y las calles con numeración ordenada pero cortadas por diagonales desorientan a cualquier transeúnte o conductor mientras la señalización se vandaliza. Así que mis personajes se mueven por sus proyectos, certezas y sobre todo por sus imposibilidades y límites; sus recorridos y sus historias se cruzan en la geografía errática de la ciudad (que de alguna manera revela la tapa del libro) particularmente acalorada y húmeda ante la cercanía de una tormenta que no se decide a derrumbarse desde el cielo.

– ¿Cómo fue que llegaste a editarla?

Cuando terminé la novela, decidí publicarla en las redes y en capítulos, como una nueva manera de dar a conocer un texto narrativo que no representara los modos tradicionales del e-book o el papel, conocidos hasta ese momento. Pero el proyecto dejó sabor a poco en los lectores y en mí también. Por eso me decidí por editarla en formato impreso, como un objeto susceptible de ir a la playa, mancharse con bronceador, café con leche o cerveza, de dormir en la mesa de luz o en la mochila y de ser canjeado por otro mejor en las librerías del rubro. Me alentó a publicarla el haber sometido el texto a análisis y lecturas de referentes y haber recibido buenas devoluciones, que espero los lectores compartan.

– ¿Cómo definirías el estilo de la novela? ¿Con qué se encontrarán sus lectores?

Diría que hay para todos los gustos, acción, reflexiones, algo de humor, amor e imaginación de la que me gusta, la que se parece a la magia pero que es concreta porque habita nuestros tiempos y ciudades, porque es tan fácil de ver a cada paso, permitiéndonos soñar lo imposible como muy probable en estos días. Me han comentado que no tengo una escritura de novelista tradicional y es porque no lo soy. Si se trata de encasillar o clasificar -lo que no me ofende- confieso que tradicionalmente soy dramaturga. De ahí que mi escritura sea abigarrada, fruto del entrenamiento en la condensación, tan necesaria al teatro. Supongo que eso debe provocar cierto vértigo en el lector, al paso de las hojas…Mi interés es despertar curiosidad por las vidas de los personajes que cuento y conmover a quienes los acompañan en su desesperado deseo de vivir. Muy pronto estará dando sus primeros pasos por las librerías para encontrarse con los nuevos lectores y espero que la disfruten!

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