El Impresionante Cristo de Maratea, La Perla del Tirreno.

Al llegar a Maratea, no importa cuántos monumentos parecidos hayan visto, sentirán una bienvenida especial, se sentirán abrazados por El Cristo Redentor, el Cristo de Maratea que domina el paisaje desde lo alto del Monte San Biagio.

Llegar a Maratea es especial, llamada La Diosa del Mar o La Perla del Tirreno, es la única ciudad italiana de la Región de Basilicata sobre la costa del Tirreno, en la Provincia de Potenza.

Este es un pequeño y pintoresco pueblo medieval, dividido en dos zonas, la baja junto al mar y su puerto, y la zona alta, hacia el Monte San Biagio, con callejuelas y casas que van desde el mar hacia la altura, desde donde se observan impresionantes paisajes.

Es considerada La Ciudad de las Iglesias, y eso debido a la cantidad de iglesias en relación a la población, contando con 5000 habitantes aproximadamente y 44 iglesias en su territorio.

Comentábamos de la especial bienvenida a los visitantes a Maratea, es que el Cristo Redentor asoma desde lo alto del Monte San Biagio, a unos 600 metros sobre el nivel del mar, y sus 21 metros propios de altura.

En este sentido, solo el Cristo Redentor del Cerro Corcovado de Río de Janeiro es más alto que el Cristo de Maratea.

Inicialmente en Maratea, existía una cruz metálica en lo alto del monte, pero cada vez que un rayo caía allí, la destruida, por lo cual se construyó en la década del 1940 una cruz más grande, de cemento y con pararrayos propio.

Diferentes vistas del Cristo Redentor en Maratea, Italia

Hasta que un rico empresario nacido en Maratea donó en la década del 60, el impresionante monumento, construido por el artista florentino Bruno Innocenti.

Se trata de una obra realizada en cemento revestido en el reconocido mármol de Carrara, e internamente cuenta con un vacío por el cual se puede ascender para su mantenimiento, y no está habilitado el ascenso para el turismo.

Sus medidas: 21 metros de altura, una abertura de brazos de 19 metros y su cabeza mide 3 metros. (Agradecemos algunas de estas bellas fotos a su autora Paola Pescatori).

Esta estatua es una inconfundible referencia para los marinos, y por la configuración de su rostro, da la impresión de que la mirada se enfrenta, contrario a la realidad, hacia el mar.

Para llegar al pie del Cristo de Maratea, habrá que recorrer un espectacular camino hacia la cima de la montaña, con giros casi en zigzag, hasta la llegada, aunque en verano, por la gran afluencia, los vehículos deben ser dejados más lejos.

Allí, a menos de un kilómetros de la cima, a la altura de la Ermita de la Madonna degli Ulivi, comienza la caminata, pudiendo disfrutar en su interior, frescos que representan a la Virgen con el Niño y Santa Catalina de Alejandría, de los siglos XIV y XV.

Una vez llegados al pie del Cristo, el mirador de 360 grados permite apreciar paisajes de montaña y de mar por igual, espectaculares y bellos, para disfrutar de atardeceres inolvidables.

Para el viajero, además de las recorridas por las iglesias, capillas y monasterios diseminados por su territorio, también llegará la hora de recorrer sus playas y las cuevas que dan al mar.

Maratea recibió varias veces la prestigiosa Bandera Azul de la Fundación para la Educación Ambiental, por su emblemática Cala Jannita, con su arena oscura que crea un contraste espectacular con las aguas claras del Mar Tirreno.

Siguiendo la recorrida de lugares imperdibles, junto a Cala Jannita se encuentra la Cueva de la Sciabella, o Cueva de Isabella, con una playa interior increíble.

También este lugar cuenta con una leyenda trágica, que cuenta que el marido de Isabella descubrió sus aventuras con amantes de la dama, por lo cual la arrojó desde lo alto hasta la playa, quitándole la vida.

Si se animan, alquilando kajak o canoas, pueden recorrer las cuevas pegadas a la costa, como la Cueva de la Tortuga, nombre que recibe por su forma, también el Islote de Santo Janni, llamado así por la capilla dedicada a San Juan.

Para apreciar gran cantidad de tesoros descubiertos bajo el mar en esta zona, se puede visitar el Museo de Arqueología Subacuática del Palacio de Lieto de Maratea.

Y para resumir las visitas a iglesias, de las 44 existentes en Maratea, para destacar algunas, como la Iglesia de Santa Maria Maggiore y la de la Annunziata.

Y de esos recuerdos imborrables, sería imperdonable dejar Maratea sin degustar sus ricas salchichas lucanas, que es un producto típico de la Región Basilicata.

Es un manjar que se destaca entre los sabrosos platos de la zona, que se elabora con semillas de hinojo, pimentón y un toque de picante.

Ubicación y distancias: Para llegar a Maratea, apreciar el Cristo Redentor y sus maravillosas playas e iglesias, desde Roma habrá que viajar 410 kilómetros al sur, desde Nápoles solamente la mitad, 205 kms., desde Catanzaro habrá que viajar al norte por 180 kilómetros, desde Bari sobre la costa adriática son 260 kilómetros.

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