La escritura en tiempos de pandemia

Por Omar Ramos*

La escritura del diario íntimo se realiza en un espacio privado, donde el escritor se brinda sin reservas a un encuentro consigo mismo. Es un medio de expresión ajeno a los cánones de la escritura y al juicio público, que permite dar voz, sin restricciones, a esta vivencia trascendente.

La poeta Guillerma Rosales, en su libro En la trama de este encierro, Palabrava editorial, colección La Punta del Iceberg, (2021) expresa en un poemario que también puede leerse como diario íntimo este tiempo aciago de confinamiento. No es ocioso que entre los múltiples y acertados epígrafes que encabezan los poemas, la autora haya citado a Mario Benedetti, en sus versos Ausencia de Dios. En ese poema, Guillermina Rosales, dice: “Andamos como espectros perdidos/ con la boca bien sellada/ las manos asépticas”.

La diversidad de los temas que surgen en momentos en que el mundo parece detenerse por las cuarentenas, restricciones y tanta muerte, actúan como fuerte catarsis en este libro donde a pesar de todo, hay tiempo para la ilusión y el amor. “Cuántas palabras me faltan/ para reír nuevamente en tus ojos”. “Nuestra humanidad/ sigue revuelta/ buscando en la ciencia y en la magia/ respuestas/salvación/ cura”.

El miedo, la incertidumbre existencial, la duda en la eficacia de las medidas que toman los gobiernos y la literatura como refugio y creación ante el horror de tantas muertes, recorren los versos de este libro, acompañados por epígrafes de destacados escritores como Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni, Olga Orozco, Federico García Lorca y otros. También hay epígrafes que dan cuenta de los decretos del aislamiento social preventivo y obligatorio.

Hay una visión sagaz y reflexiva de la autora sobre todo lo que implica un encierro forzado y una tragedia que no distingue entre países centrales y periféricos, dominados y dominantes, privilegiados versus hombres comunes y marginales, como si este castigo, que algunos lo asocian con las plagas bíblicas, igualara a los hombres y nos colocara a todos los seres humanos ante un nuevo silencio de Dios. Se pregunta la autora: “Qué será de nosotros de ahora en más”. “¿Será el sol, una quimera?”

Este poemario, donde también se cuentan en los versos los días de pandemia, podría encuadrase en una literatura testimonial y comprometida, aunque algunos lectores, no concuerden con determinados juicios de la autora. “Nos aíslan para cuidarnos/ ¿Hasta cuándo el cuento de la buena pipa?”. Conceptos que encuadrarían más para un artículo periodístico o un ensayo, donde prevalece más la opinión por sobre la literatura.

Como epílogo, Guillermina Rosales manifiesta “Comencé a escribir estos poemas a fines de marzo, en medio de la perplejidad de un mundo que se cerró ante la presencia de un nuevo virus letal que rápidamente se propagó por todo el planeta. Nada volvió a hacer como antes.”

A pesar de esta catástrofe mundial, nos queda la esperanza, que al decir del cantautor Silvio Rodríguez: “Venga la esperanza, pase por aquí/ Venga de 40, venga de 2000/ Venga la esperanza de cualquier color/ Verde, roja o negra, pero con amor”.

*Omar Ramos: escritor, periodista y abogado.

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