Užupio. La Increíble República que no Existe
Užupio, tiene bandera, tiene himno, tiene constitución, tiene monumentos y tiene visitantes, es el barrio de poco más de medio kilómetro cuadrado, dentro de la Ciudad de Vilna, Capital de Lituania, que declaró su propia «independencia» el 1 de abril de 1997.
Užupio cuenta con un presidente, gabinete de ministros, un pequeño ejército y hasta su propia moneda, el Euroužas, y además tiene su historia propia, ya que Užupis era un pobre y esquivado barrio, donde la mayor parte del turismo y los propios habitantes de Lituania trataban de no ingresar.
Tal es así, que el significado de su nombre es simplemente «al otro lado del río», muestra despectiva de como se lo mencionaba.
Barrio sucio, pequeño, abandonado, con escasa infraestructura y cuidados edilicios, reducto oscuro de la capital lituana en donde se escondían delincuentes y al que el resto de la ciudad le daba la espalda.
Casi todos, porque del otro lado del puente que pasa sobre el Río Vilnia, se encuentra la Academia de Arte, desde donde podía verse en aquellos años aquel barrio que la mayoría ignoraba.
Los estudiantes comenzaron a tomar fotografías del otro la del puente, cineastas se mostraron atraídos por su escenografía diferente, poetas le dedicaron sus escritos y músicos comenzaron a tocar sus melodías entre sus callejuelas.
Para esos emprendimientos, era un sitio barato, casi virgen para instalarse, y así se fue refundando, sobre bases que a poco de leerlas, suenan graciosas, aunque para sus habitantes son ley, si hasta tienen su propia Constitución.
Cruzar de un lado de la ciudad de Vilna hacia la nueva nación de Užupio no insume burocracia alguna, ya que no hay frontera controlada, ni migraciones a quien exhibir el pasaporte.
Desde el 1° de abril de 1997 nueva nación, cada año en esa fecha se festeja con una peregrinación, mucha cerveza, música y banderas al viento.
Cualquier persona que llegue puede convertirse en ciudadano sin importar en dónde viva.
Uno de sus monumentos más visibles es la Estatua del Ángel tocando la trompeta, pero los verdaderos imanes para los turistas, son las paredes en las cuales están escritos todos los artículos de su Constitución.
Art. 3. Todos tienen derecho a morir pero esta no es una obligación
Art. 7. Todos tienen derecho a no ser amados, pero no necesariamente
Art. 12. Un perro tiene derecho a ser un perro
Art. 24. Todos tienen derecho a no entender nada
Art. 26. Todos tienen derecho a festejar o no su cumpleaños
Art. 27. Todos deben recordar su nombre
Art. 29. Nadie puede compartir lo que no posee
Art. 37. Todos tienen derecho a no tener derechos.
A menos que no tengamos buen humor, Užupio no deja de ser interesante para ver, sacarse las fotos obligadas, y guardar para siempre algún souvenir conseguido allí, porque a rigor de la verdad, nadie sabe bien cuanto tiempo existirá este nuevo país no reconocido.