Molino de Eiffel y Paisajes de Carlos Thays, en un Pueblo Abandonado
Seguramente los intrigará que haya en la Provincia de Buenos Aires, un pueblo abandonado, que supo de tiempos de lujo y bonanza, y que aún tiene en pie un molino de Eiffel, la misma constructora de la Torre símbolo de París.
Les presentamos a este pueblo abandonado, Máximo Fernández, que lleva el nombre del antiguo propietario, quien cediera los terrenos para construir allí la estación de ferrocarril, como en tantas historias parecidas de Argentina lejanas en el tiempo.
Y antes de Máximo Fernández, el primer dueño de estas tierras había sido nada más ni nada menos que Facundo Quiroga, caudillo riojano asesinado en Barranca Yaco, https://sobrelibrosycultura.com/barranca-yaco/ .
Habiendo comprado la propiedad, se le colocó el nombre de Estancia La Matilda, dándole impulso, hasta la donación de tierras mencionada, y con la llegada del tren, el crecimiento del pueblo fue mayor.
Al morir su Fernández, se bautizó al pueblo con su nombre, y La Matilda fue comprada por el creador de Geniol, ciertamente reconocido medicamento en Argentina, y cambiando una vez más su nombre, ahora la finca se llamaba Montelen.
Luego, la finca la compró Juan Francisco Salaberry, quien contrató al paisajista francés Carlos Thays, creador del Jardín Botánico de Buenos Aires.
Desde ese momento, y con el despegue económico de la región, esta propiedad tuvo todo tipo de lujos, lago propio, jardines estilo europeo, monumentos, y un zoológico con leones y otras fieras peligrosas.
Allí comenzó la debacle y tragedia, ya que una nena murió desmembrada en las garras de estas fieras.
Los dueños hicieron construir como recuerdo de la niña, una bella iglesia con materiales traídos directamente de Europa.
Se dice que el lugar quedó maldito, y muchos aseguraron ver el fantasma de la niña, Amalia, deambulando, incluso luego de la muerte de manera extraña de la propietaria, todo quedó envuelto en el terreno de lo paranormal.
En la década de 1970 hubo un gran temporal de viento, y a la fama maldita del lugar se le sumó la destrucción total de Máximo Fernández, el pueblo que brillara años atrás, había poco menos que desaparecido.
Lo poco que quedó en pie tiene apellido francés, ya que el molino de Eiffel sigue en pie aún en este 2022, y es motivo de recorridos turísticos en la zona.
Además de ver estas estructuras de hierro, en pie, y con la marca Noceti, contratado de la firma francesa, los turistas reciben un paseo guiado por las ruinas de la estancia, por aquella iglesia neogótica del Sagrado Corazón, hoy destruida, por los vagones oxidados de la vieja estación, y los pastizales copando todo.
Estas visitas guiadas pueden consultarse en https://montelen.com/site/visitas-guiadas/ , tienen una duración de 1 hora, se permite tomar fotografías sin problemas, dado lo cambiante de los precios en la actualidad, conviene averiguar el costo antes de ir.
El recorrido comienza en la Estación de Ferrocarril Máximo Fernández, se recorre lo que queda en pie de la Capilla del Sagrado Corazón, que había sido diseñada y construida hace más de un siglo por los arquitectos Togneri y Raul Fitte.
Otra escala de la visita guiada es la escuela Número 2, Julio Argentino Roca, también destruida en el tornado.
Una de las mayores atracciones sin dudas por lo raro de estar a tantos kilómetros de Francia, es llegar ante la estructura de 30 metros de altura del Molino de 6 patas, construido sobre el diseño de Gustav Eiffel por Noceti.
La firma constructora de la Torre de París y por ejemplo, del famoso puente de hierro de Girona en Cataluña, también es origen de esta estructura de hierro forjado y remaches que abastecía de agua a la escuela y la capilla.
Distancias: Se puede aprovechar el día y recorrer Bragado y su laguna, a Máximo Fernández son unos 25 kilómetros, eso sí, parte es camino de tierra, por lo que hay que tener en cuenta el clima en Bragado y alrededores antes de ir.
Desde Junín son 70 kilómetros aproximadamente, y desde Ciudad de Buenos Aires son 240 kilómetros.
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