Baia. Paraíso Sumergido al Alcance de Todos

Sin necesidad de grandes aventuras, sin necesidad de ser buzos profesionales, existe una ciudad sumergida a solo 15 metros de profundidad cerca de Nápoles, que puede ser apreciada por el turista común, nos referimos a Baia, Baiae o Bayas.

No es la mítica ciudad sumergida de Atlántida, Baia es un paraíso sumergido, pero era ya un paraíso antes de que esta ciudad fuera descendiendo tomando en cuenta el nivel del mar.

Históricamente desde el Siglo III a.c. ya se tiene conocimiento de la existencia de Baia, ubicada al sur del golfo de Pozzuoli, para quienes tienen en mente un mapa de Italia, su ubicación es al oeste de Nápoles y su golfo.

En esta costa, parcialmente sumergida en los últimos 2000 años, sea por erupciones, terremotos y fallas geológicas, se ubicaba un importante puerto griego, denominado Baia, nombre mencionado en la tumba de un timonel de Ulises, por el poeta Licofrón de Calcis.

Pero no nos vamos a detener demasiado en la historia, sino en establecer la importancia de Baia por aquellos años.

Esta era una zona de grandes y lujosas villas, donde emperadores y distinguidas personalidades de la aristocracia solían veranear o pasar tiempo realizando opulentas fiestas, descontroladas algunas, y disfrutaban del relax, ya que contaban con termas naturales y curativas

En lo más alto de la zona, Julio César instaló su morada, en la zona de Castello, desde ese punto, se dominaba estratégicamente toda la ensenada, también lo hicieron Nerón y Adriano.

Siglos pasaron y el lento pero continuo descenso de los terrenos provocó que todas las lujosas construcciones quedaran bajo las aguas.

Hubo dos etapas, la primera entre los siglos III y V y luego se sumergió de manera más sustancial un siglo después.

Ya en el siglo VIII, la parte baja de la ciudad estaba en gran parte sumergida por el mar, encontrándose en el sótano de las Termas de Sosandra moldes de yeso de esculturas helenísticas, que ahora también son exhibidas en el museo arqueológico de la ciudad. 

Desde los años 1923 en adelante, comenzaron a recuperarse restos y esculturas a pocos metros de profundidad.

Y para 1936, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron los trabajos de excavación, auqneu algunas de las edificaciones desaparecieron por los terremotos de la zona, uno fuerte en especial ocurrido en el siglo XVI.

Las construcciones se extendían por todo el golfo, desde la playa hasta la cima de la colina, los edificios estaban dispuestos formando la cávea de un teatro, sobre bancales, en parte naturales y en parte artificiales.

Los templos más famosos de la ciudad tenían una cúpula, como la del Templo de Mercurio, que tiene la cúpula de 71 pies, que es la más grande del mundo.

Otras edificaciones colosales son el Templo de Diana, actualmente semi derrumbado, se usó para baños termales, ya que recolectaba vapores del suelo.

El Templo de Venus, tenía la forma de un octágono hundido en el suelo de 3 metros de diámetro con ocho grandes ventanas arqueadas con un balcón que daba a la piscina.

Se dice que Scipione Mazzella encontró la estatua de la diosa Venus en dicho lugar.

En nuestros días, la ciudad hundida de Baia es un hermoso parque submarino donde los visitantes pueden hacer snorkel o bucear.

Los sitios principales para bucear son 7: Portus Julius, Secca delle fumose, Ninfeo di Claudio, Villa dei Pisoni y Villa a Protiro. Ninfeo di Claudio y Villa a Protiro.

Para quienes no dominan el buceo, hay excursiones que se realizan en un bote con fondo de cristal, y con las aguas cristalinas, es posible ver las esculturas y edificaciones sumergidas.

Las fotos hablan por sí solas, es increíble pensar que a menos de 15 metros de profundidad existe la posibilidad de contemplar estos tesoros arqueológicos y artísticos tan bien conservados.

El yacimiento arqueológico submarino no fue formalmente designado como zona protegida hasta 2002, cuando abrió al público.

Pera muchas de las esculturas sumergidas son en realidad réplicas, ya que las originales pueden encontrarse en lo alto de la colina, en el castillo de Baia, donde la Superintendencia Arqueológica de Campania abrió un museo con las reliquias recuperadas de las aguas.

Los sitios de interés que aún están en la superficie fueron hallados por Amedeo Maiuri, el mismo arqueólogo que desenterró Pompeya y Herculano.

¿Cómo llegar? Ciudad metropolitana de Nápoles, es lo ideal llegar desde esa ciudad, menos de 30 kilómetros de recorrido.

En cuanto a excursiones, para conocer los secretos de Baia, (Baiae en italiano), desde Nápoles salen recorridas de día completo, hay que tener en cuenta que para bucear, se debe tener experiencia, no así con snorkel.

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