Conversamos con Patricio Torne y Mercedes Araujo sobre su nuevo libro de poesía y fotografía

Todo lo que deba ser transparente será transparente, poesía y fotografía se presenta como una explosión de color y lindas palabras. ¡Una bella propuesta!

Todo lo que deba ser transparente será transparente con textos de Patricio Torne y fotografías de Mercedes Araujo es el nuevo título de la Colección Anamnesis, poesía y fotografía de la editorial Palabrava, de Santa Fe.

Motivados por su lanzamiento nos comunicamos con Patricio Torne y Mercedes Araujo para que nos cuenten sobre su nuevo libro.

Patricio, contanos cómo surgió en vos la temática de este bello libro

Hay algunos tópicos recurrentes en mi escritura, y uno de ellos es la infancia. Siempre, de alguna manera, la infancia se filtró en la mayoría de mis libros, cuando no de modo directo, como lugar donde surgieron algunos textos donde no se la nombra, pero es el sustento de lo que estaba hablando. Esta vez, la necesidad de tramitar en la ciudad de Santa Fe una copia de mi partida de nacimiento fue el disparador; las implicancias de esos trámites engorrosos que una amiga, gentilmente, realizaba por mí, hicieron que la memoria me juegue una mala pasada y me lleve a aquellos años donde las alegrías, los juegos, el desenfreno, eran acompañados por ciertas tristezas y muchas angustias que el pudor impidió hacerlas parte de mis recuerdos a la hora de hablar de infancia.

La conformación de mi familia fue muy particular: un padre culto, pero autoritario y conservador, y una madre analfabeta haciendo lo imposible por atender la casa y un montón de hijos. Yo fui el menor de todos y aun con una sensibilidad especial para ciertas cosas como lo artístico, sobrevivía a la violencia de una infancia en el paisaje litoraleño, poniendo en práctica mi propia violencia para estar a la par de los demás niños.

Qué fuerte experiencia, imagino que entonces encontraste un plus en las imágenes

Sí, las imágenes de Mercedes, además, ayudaron a darle un curso, haciendo que el jardín, no justamente el de las delicias, viniera ser el centro de un universo por donde el niño que fui tenga su refugio, una guarida que viniera a protegerlo de todas las amenazas.

¿Todo lo que deba ser transparente será transparente nos muestra, de alguna manera, lo que sos más allá del escritor?

Yo sé que la autorreferencialidad, en la poesía, goza de poco prestigio, pero sé que sin ella no estaríamos en condiciones a la hora de saber sobre lo que se habla o no se habla en el poema. También sé que muchas cosas que hoy son denostadas o aplaudidas, mañana ya no lo serán. Lo que importa, en definitiva, es la poesía, no los autores y sus bemoles o consideraciones sobre ella. Escribir sobre una infancia sin la retórica de lo filial amoroso, no es sólo escribir sobre mí experiencia, es un modo de universalizar poéticamente otras infancias que, al parecer, sólo son tenidas en cuenta en los ensayos sociológicos o las noticias del día. Otra vez la poesía vino como un modo de salvataje; la poesía como una cura del espíritu.

Mercedes, ¿cómo vivís vos este cruce particular entre la fotografía y la poesía?

Me intereso por la fotografía como una forma alerta de estar y de comprender el mundo, fugazmente. Mi búsqueda está situada en el cruce de las imágenes con la poesía. En la poesía y en la fotografía no importa tanto cómo mirás al mundo sino la intimidad que establecés con lo mirado. En las dos se trabaja desde la percepción, una percepción que es, al mismo tiempo, sensación y pensamiento. Mirar alrededor, muy cerca, y convertir en imágenes esas pequeñas observaciones que generalmente pasarían de largo. Dar cuenta de esa inmediatez. En ambos lenguajes se trata de encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Y las dos, poesía y fotos, piden lo mismo, tiempo y detenimiento.

Busco darle importancia a esa intimidad que establecemos con lo que nos rodea y también inventar una forma de salir del detenimiento que el paisaje me causa. Flores, cielos, animales; lo mineral, animal y vegetal, transmigrando entre sí, una flor que es una nube, que es un animal, que es una montaña, entre los cuales ser yo también, sin ninguna jerarquía humana.

Contanos tu experiencia con el nuevo libro…

Cuando la editora Patricia Severín me propuso compartir con Pato este libro Todo lo que deba ser transparente será transparente, se abrió una experiencia única e inexplorada antes, conversar en dos lenguas, en dos materias. Recibir la poesía de un poeta querido y admirado y devolver imágenes, pero no con la intención de ilustrar sino de enmarañarnos y construir un relato que ya no es solo palabra ni solo imagen.

La poesía de Patricio es una poesía de la mirada, su experiencia de la infancia es contada con la detención de quien al mismo tiempo hace de la experiencia, lenguaje y lenguaje, la experiencia, con su particular forma de tomar las palabras, palparlas e interrogarlas, acariciarlas, lijarlas, pulirlas y usarlas para decir.

Creo que en este libro lo que hacemos es mostrarnos e intercambiarnos dos maneras de acercarnos a la memoria (porque también lo fotografiado ya ocurrió) y crear un libro que hace de dos caminos o formas de estar en el mundo, uno.

Algo más sobre ellos: Patricio Emilio Torne nació en Helvecia, Santa Fe, pero reside en Villa Mercedes; allí coordina Talleres de Escritura en las Facultades de la UNSL. En el 2010 puso en marcha el ciclo Pretexto, donde poetas del país y la región se dan cita para leer y compartir experiencias creativas. La plástica y el periodismo cultural, son otras de sus pasiones. Mercedes Araujo vive entre Buenos Aires y Mendoza, provincia en la que nació. Es poeta, narradora y fotógrafa. Trabaja la fotografía en el cruce con la poesía. Con sus imágenes vegetales, florales, animales y del cielo, construye una poética visual marcada por el detenimiento y la transmigración entre especies.

Todo lo que deba ser transparente será transparente, poesía y fotografía es mucho más que un libro, moviliza todos los sentidos de sus lectores y desde aquí, lo recomendamos sin dudar.

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