Turismo Escondido: Salinas del Gualicho y ¿Pista de la NASA?
A pocos kilómetros de San Antonio Oeste y de Las Grutas, se encuentran Las Salinas del Gualicho, en una franja de 35 kilómetros por unos 15 de ancho, ubicada en una gran depresión que llega a los 72 metros bajo el nivel del mar.
El nombre Gualicho se refiere al dios de los pobladores originarios, los Tehuelches, y su dios Ulungasum, dueño de rasgos irritables y que tan sólo se lo podía calmar con ofrendas, y de acuerdo a las creencias indígenas, este dios habita en una parte de ese salar.
Las Salinas del Gualicho son las más grandes de Argentina y las terceras más grandes por su importancia industrial de toda América del Sur, y son explotadas comercialmente por tres empresas.
Geológicamente, hace 300 millones de años el Gran Bajo del Gualicho fue cubierto en varias oportunidades por el mar, con lo cual la enorme capa de sal es el resultado de la evaporación de esas pretéritas aguas.
Para quienes se encuentren de paseo en Las Grutas, por ejemplo, el viaje hasta las salinas es de 50 kilómetros, parte camino de asfalto por la Ruta provincial 2, y parte de ripio en regular estado, Ruta 59, por lo que se recomienda la utilización de vehículos 4 x 4.
Dado que Salinas del Gualicho es un sitio con explotación industrial, no se permite el acceso a particulares, debiéndose contratar la excursión a alguna de las 3 empresas turísticas habilitadas, que incluyen en el precio de la visita la cena y la observación mediante periscopios del limpio cielo de la zona.
La razón por la que las visitas se realizan al atardecer y la noche, es debido a que en verano, en esta gran depresión salina, la octava mayor del mundo, las temperaturas a plena luz del sol llegan a los 50 grados.
En las perforaciones en Las Salinas del Gualicho se han encontrado con restos fósiles marinos, dado que este suelo salino estuvo cubierto de mar hace por lo menos 300 millones de años.
Entre los restos encontrados hay huesos de animales petrificados y hasta dientes de tiburón, que se pueden observar en el primer Museo de la Sal Jorge Serafín Vieytes, que puede visitarse antes de ingresar a las salinas.
Para tener una idea general sobre este lugar como explotación comercial, los datos indican que la mayor cantidad de sal se cosecha entre los meses de marzo a noviembre, con una producción que supera el millón de toneladas anuales, y aún a ese paso, se estima que hay mineral para los próximos 300 años.
Para completar la información, a modo de dato poco conocido, se dice que Las Salinas del Gualicho podrían servir como pista de aterrizaje de emergencia para los transbordadores de la NASA y sus misiones espaciales.
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