San Gimignano, Siena y los hermosos caminos regionales de la Toscana

Instalados en Florencia, teníamos planeado recorrer varias ciudades de la Toscana, como Siena, San Gimignano y Pisa.

Si hubiéramos tenido un par de días más, seguramente hubiéramos recorrido también la zona del famoso vino Chianti y la ciudad de Lucca.

Salimos en nuestra Van desde Florencia lloviznando con la idea de llegar a Siena y San Gimignano, en cualquier orden ya que están ubicadas cerca una de la otra, y trataríamos de conocer de la mejor manera a ambas.

Los comentarios y lo leído sobre las dos nos hacían imaginar que llenaríamos nuestros ojos de paisajes, construcciones inigualables y callecitas llenas de secretos. Y así fue!

Llegamos a San Gimignano primero, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1990.

Ya desde el camino nos deleitábamos con su relieve a lo lejos, destacándose las murallas y torres de esta ciudad famosa como fortificación medieval.

Si bien se mantienen en pie 15 torres, destacan la Torre Grossa y las torres Gemelas. En la antigüedad fueron más de 70 las torres que se elevaban dentro de la fortificación. Dos de nuestro grupo se animaron a subir a lo más alto de la Torre Grossa y vale la pena intentarlo para obtener una panorámica especial.

Ingresando por la denominada Porta San Giovanni, recorrimos la ciudad murallas adentro. Estacionamos la camioneta fuera, en los estacionamientos cercanos, accesibles y cómodos. Es un paseo muy recomendable para quienes dispongan de tiempo, ya sea desde Florencia o desde Siena.

Nos quedamos maravillados por tanta construcción medieval, pasajes y escaleras de granito, así como de los paisajes que se podían apreciar de los viñedos cercanos desde el punto panorámico de San Gimignano.

Y luego de saborear unos helados en la heladería de la Piazza, famosa y premiada mundialmente, nos quedamos maravillados por la maqueta realizada en cerámica a escala de la ciudad entera que se exhibe gratuitamente en un pequeño local, donde cada detalle coincide perfectamente con la ciudad. Un trabajo imponente, realizado con mucho cuidado como lo muestra un video proyectado allí mismo, dejando a cada visitante sorprendido por la perfección de los detalles.

Pese a la lluvia, que por chaparrones esporádicos nos acompañaba en esta recorrida coincidiendo con lo que un habitante de San Gimignano nos había comentado sobre el particular clima de la zona, en las primeras horas de la tarde pusimos rumbo a Siena, señalada por nuestras averiguaciones previas como una ciudad donde encontraríamos llamativas construcciones góticas.

Elegimos irnos circulando esta vez por el camino vecinal, unos 35 a 40 kilómetros separan San Gimignano de Siena, y los paisajes son mucho más impresionantes que por la autopista.

Decenas de poblados pequeños se veían a nuestro paso, cada uno con sus características propias, y muchos de ellos, con fortificaciones y torres medievales, que sin dudas, de haber tenido tiempo, nos hubiera encantado recorrerlos también en detalle.

Llegamos a Siena, dejamos nuestro vehículo estacionado cerca del centro histórico al cual no se puede ingresar con vehículos que no sean propios de la ciudad, y comenzamos nuestra caminata antes que caiga la tarde.

Desde el punto que iniciamos nos encontramos con hermosas vistas panorámicas, destacándose a unas cuantas cuadras, la silueta de la Torre de Mangia, uno de los puntos de máximo renombre de la ciudad.

Por toda la ciudad, vimos estatuas de la loba alimentando a Rómulo y Remo, simbolizando la leyenda que los indica como los fundadores de Roma.

Apenas comenzamos, la Basílica de Santo Domingo fue la primera escala, junto a la cual se encontraba un gigantesco árbol navideño iluminado que dominaba las callecitas de empedrado que hasta allí llegaban. De construcción estilo gótico, el inicio de la misma fue en el siglo XII y es visualmente impactante.

Otro de los puntos a los que queríamos llegar, aunque fuera tarde para recorrer todo su interior, era la Catedral de Siena, del siglo XII, también con claro estilo gótico, tal cual lo que nos habíamos informado desde Buenos Aires.

También se destaca la Piazza del Campo, una hermosa y muy grande Piazza, donde se encontraban un sinnúmero de restaurantes y café, para la reunión de sus habitantes como de los turistas, un momento de relax y… un buen sándwich de “prosciutto y formaggio”, acompañado por una “birra”, para recobrar fuerzas y seguir la recorrida.

Ya caída la tarde y asomaba la oscuridad de la noche, aunque eran las 6 de la tarde, nos recordaba que seguíamos en el invierno europeo, aunque el frío fue bastante benigno para nosotros en este tour.

Otra plaza que se destacaba, por sus coloridos adornos navideños que aún llenaban cada calle y plaza italiana, era la Plaza Salimbeni, donde encontramos un gran pino navideño, con los deseos escritos por chicos de la ciudad, enganchados en las ramas del árbol.

Y así, caminando y comprando algunos recuerdos de Siena, regresamos a nuestra Van “Mechi” que nos esperaba en las cercanías del estadio de Siena, pequeño por no ser de las escuadras más poderosas del fútbol italiano.

Ya rumbo de regreso a Florencia nos quedaba la alegría de haber cumplido esta escala de nuestra recorrida maravillosa.

Pisa, Florencia y volver a Roma, los esperamos en el próximo y último capítulo de nuestro viaje.

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