Conversamos con la autora y performer Marisa Busker

El libro El performer, un diamante latente II; Entre matrices; La danza escondida-Originaria; Transdisciplina-Transcultura es una novedad editorial escrita por Marisa Busker, quien es una reconocida performer argentina, creadora, investigadora, docente y mediadora cultural.

Su original propuesta de trabajo llamó nuestra atención desde que nos encontramos con el libro, así que los invitamos a compartir una breve charla que mantuvimos con Marisa para conocerla un poquito más.

-Marisa, ¡felicitaciones por tu libro nuevo! Sabemos que es parte de un trabajo que venís desarrollando hace años y en realidad, es el segundo libro publicado sobre el tema que te convoca.

Así es, gracias. Llevo dos libros escritos, que pienso formarán parte de una serie que continuará, que se refiere al performer como diamante latente. Los dos se complementan pero están hechos de manera tal que quien obtiene el segundo comprenderá mucho también del primero. El primero es un diario de viaje, en donde cuento cómo salí de una educación académica tradicional para tratar de encontrar otros horizontes, otros paradigmas. Allí comienza la investigación en relación al entrenamiento del cuerpo, de la voz, la búsqueda de nuevas formas de hacer, el encuentro con personas y culturas, hasta que logro conformar un cuerpo de performer tomando ejes comunes a las materias especializadas. Llego así a construir lo que llamo la danza escondida, conjuntamente con una primera obra-performance el templo del valle de la montaña, episodio 1, el diluvio en donde no se sabe bien si soy bailarina, actriz, cantante, oradora. Exploré esta matriz construyendo varias obras-performances trabajando cada vez diferentes aspectos. Un factor importante fue también la transmisión y observación del resultado en otros. En este segundo libro, al que hacemos referencia, El performer, un diamante latente II, que lleva de nombre Entre matrices; La danza escondida-originaria; transdisciplina-transcultura esta danza escondida en evolución toma forma de matriz neutra, un juego de fuerzas que quien la utilice, está habilitado desde este sistema relacional en el cuerpo a dar forma a sus intereses y poder pronunciarse en escala. La segunda matriz, -porque como dice el título, estamos entre matrices-, originaria, trata de articulaciones físico-sonoras propias, una búsqueda que surge al profundizar en la primera matriz que elaboré, básicamente, a través de las rutas de mis ancestros. Necesitaba identidad. Para ello tuve que armar un plan que no sabía si me iba a conducir a un buen destino. Pero sí, lo conseguí. Son dos matrices neutras creadas especialmente pensadas para el mundo de hoy.

– La cuestión del performer conviviente se destaca en los capítulos del libro…

En este segundo libro trato sobre el performer conviviente, algo nuevo de observar en su concreta definición, en la forma que conformo al ser-hacer que es el performer. Esto es algo complejo de explicar en pocas palabras, es algo que, intrincadamente, lleva mucha parte del libro en texto y en fotos, así como en el análisis de experiencias, y surgió al seguir profundizando en las matrices mencionadas. Todo lo que hace el performer se relaciona con el contexto, sea imaginado o real. Estamos en el mundo, somos en el mundo y tomamos decisiones que se suceden a partir de pulsiones innatas o desencadenadas. A partir de allí, trato el posicionamiento de las imágenes que se corporizan, que le dan forma y contenido al cuerpo para ser y hacer. Se desencadena la acción. Hay mucho que decir al respecto y lo mejor será que lean el libro, que lo degusten, que imaginen todo lo que cuenta. Necesité entonces elaborar una ecuación que formulo y que me llevó muchos años, práctica y lecturas, que pone en marcha a esa acción que hace al performer conviviente. Y concretamente, trato algunos casos de personas que observé en sus comportamientos frente a una situación extrema como fue el tsunami del 2004 que afectó -entre otros- a varias partes de los países que habité (India y Srilanka) por largos períodos de tiempo. El análisis de estos comportamientos de las personas frente a la gran ola, me dio por resultado tres tipos de grupos de comportamientos entre los cuales uno de ellos son los convivientes. Ellos se relacionaron inmediatamente con el contexto, buscando una imagen, posicionándola, transformando el cuerpo y confrontando la situación. Son personas de diferentes culturas. Yo no los vi, pero tomé sus testimonios. Los otros dos grupos que observé son los que huyen y los indecisos. Fueron todas situaciones cautivantes.

Los convivientes se transformaron en personalidades, como personajes de mi primera obra-performance. Son cuatro personajes en esta obra unipersonal, que soy yo misma, y fueron elaborados a partir de este pathos del conviviente, sin yo saberlo entonces. Es muy importante destacar que en los inicios de mi trabajo tuve que dar nuevos nombres a las partes del cuerpo de performer, porque esta forma de ser-hacer se rige desde lo que llamo el núcleo generador (la espina dorsal, el sistema nervioso). Luego está la caja de la memoria que significan las imágenes, memorias, huellas, rastros. El sistema vocal con la voz pre-conceptual coligado al núcleo generador porque somos seres comunicacionales. El tronco performático que contiene una musculatura refinada para estimular los centros nerviosos y poder hacer que esas imágenes posicionadas funcionen en el cuerpo, se manifiesten.

– Contanos un poco de vos, de tu formación inicial y cómo llegaste a sentirte una performer

Bueno, mis inicios fueron en la música clásica. Tocaba el piano y el fagot. Estudié con grandes maestros en Argentina y en Holanda. Pero, a un cierto punto, sentí que esa música que hacía a tan alto nivel no era mi música. El cuerpo en esos ámbitos estaba poco explorado. Sentía un gran potencial y riqueza interior que quería desenmarañar. Así es que a lo largo de más o menos veinte años comencé esta búsqueda. Durante el transcurso, me veía por momentos encerrada en un lugar muy pequeño en donde sentía que mi única posibilidad de sobrevivir venía de mi espina y de mi voz. Poco a poco fui sorteando impedimentos y encontrando desde esos lugares las herramientas para estar en el mundo y celebrarme. Ahora me siento una artista completa, o una performer antigua y conviviente.

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Como les anticipamos al inicio, Marisa Busker es performer, fundó y dirije el Laboratorio del Performer desde el año 2005. Para hacer todo este enorme trabajo vivió, estudió y trabajó en varios países por tiempos prolongados (Holanda, India, Srelanka, Italia, Argentina). Brinda talleres- seminarios, presenta demostraciones de trabajo, charlas, para grupos de diferentes condiciones de formación y diversidad de edades. Los invitamos a leer su libro y vivenciar su propuesta completa.

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