Conversamos con la escritora Laura Prati

Esta semana asistimos al lanzamiento de un nuevo libro de la Colección La punta del iceberg de la editorial santafesina Palabrava, se trata de una antología de relatos intitulados Segunda realidad y escritos por Laura Prati.

Se presenta con un diseño de tapa muy bien logrado en blanco y negro donde el juego de espejos nos muestra, una vez más, que la realidad no es más que lo que el ojo ve y por ende, es el sujeto quien le da existencia.

Como lo dice en su contratapa: “Este conjunto de relatos nos hace sonreír –y reflexionar– en cada vuelta de página. Y nos quedamos pensando sobre la manera en que estos personajes singulares impactan sobre nuestra visión del mundo.”

Laura Prati nació y vive en la ciudad de Santa Fe, Argentina, y nos comunicamos con ella para conversar su nuevo libro publicado.

Laura, ¡felicitaciones por tu nuevo libro! Contamos ¿cómo surgió Segunda realidad?

Gracias, para contarte sobre cómo surgió este libro primero debo contar que siempre escribí, desde aquellos poemas desgarradores en la adolescencia. Antes estaba muy activa en grupos de escritores, participaba en publicaciones conjuntas, en certámenes literarios y actividades con escritores. Pero durante varios años dejé un poco de lado mi escritura, tal vez porque estuve abocada por completo a mi trabajo como correctora, que me insume muchas horas al día con las palabras, y ya cuando tomaba la propia terminaba por dejar pasar ese ejercicio. Entonces, como nos sucedió a casi todos, durante el año más duro de la pandemia, 2020, me encontré trabajando pero con mucho más tiempo en casa. Y comencé a expresarme en las redes y a ensayar textos referidos a esos momentos utilizando mucho el humor como herramienta. Fue cuando una amiga me alentó a retomar la escritura, de relatos, más precisamente, que es con lo que siempre me he sentido más cómoda, y a comprometerme en la tarea de asentar esas ideas que siempre estaban y yo nunca organizaba. Cuando reuní algún material que me pareció que podía tomar la forma de un libro lo envíe a Palabrava, así directamente, sin desvíos y sin pensar en otras editoriales. Me comuniqué con Patricia Severín y le conté de mis ganas de lograr una publicación. Conocía la trayectoria de la editorial, sabía y leía los libros que editaba y, sobre todo, valoraba su trabajo, que destaca por el cuidado de las ediciones, el impulso a sus autores… es decir, todo lo que esperaba encontrar para volver al ruedo con mi escritura.

Y se te hizo realidad el deseo de publicar los relatos…

¡Así es! Estos relatos que componen Segunda realidad tienen en común que procuran hablar de esa otra posibilidad del ser que subyace a lo que se ve, a lo que se advierte como real. Algunos plantean la cotidianeidad usando el humor y la ironía, elementos que forman parte de mi vida en tanto vuelven menos pesada algunas cargas, explican situaciones, dan vuelta el estado de las cosas. Por eso permiten segundas realidades y aceptan que las experiencias de todos los días pueden ser un prodigio. Otros son más reflexivos o también apuntan a descubrir el interior de cada ser, a desdoblar. A veces soy observadora de los personajes; en ocasiones soy protagonista. Me mezclo de igual forma con los raros, con los locos, con los que ven otra cosa, con los que no encajan en las generalidades. Soy subjetiva, claro, habito una realidad que no es única.

Coincido, y por eso mismo no todos leemos de la misma manera. ¿Con qué se encontrarán los lectores cuando se sienten a leer tu libro?

Quienes lo lean pueden sentirse cómodos en la comprensión de que no hay normalidades. Los relatos son breves porque plantean una situación sin pretender resolverla; no son cuentos, conforme a una definición más tradicional, sino estampas, planteos, fragmentos de historias que intentan mostrar dualidades, diferencias, singularidades, pensamientos. El humor, como comentaba, es parte de mi vida, es la herramienta que abre las ideas, las relaciones con los otros, la manera de asimilar circunstancias. Y la ironía, una forma de humor que me permite precisar mi manera de pensar. Confío además en que quienes me lean adviertan esa segunda noción de lo cotidiano, lo que puede ser. Hay mucho de mí en estos textos, por eso agradezco tener el gusto de compartir esos guiños, los reflejos, las historias que debían ser.

¿Cómo fue su experiencia en cuanto al proceso de edición del libro?

La experiencia de editar un libro es muy placentera, es un proceso que admite la revisión, el juego de ideas, la creatividad, el intercambio. En todo momento, desde que envié esos primeros archivos para que leyeran, cuando «me mandé», diría yo, sus editoras, Patricia Severín y Viviana Rosenzwit, trabajaron conmigo en lo que hoy ya es un libro, me sugirieron, se involucraron en la publicación como lectoras también. Y sé que esa es la forma de gestionar y generar lo mejor de lo que cada uno puede ofrecer, autoras y editoras. Por eso confío en que este libro tiene un camino abierto y cuidado. Ahora se abre paso entre los lectores y espero que lo disfruten!

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