Escritores en tiempos de pandemia: nuevo microrrelato de Mario Capasso

Por estos días que a todos nos toca atravesar el aislamiento provocado por la pandemia iniciada por un virus que no da tregua, desde Sobre Libros y Cultura convocamos a los escritores para nos cuenten sus experiencias y apreciaciones sobre el tema. Mario Capasso nos envía un nuevo microrrelato inspirado en nuestros días.

Los libros y el tiempo

Mario Capasso*

El hombre había decidido tomarse la vida en son de jauja y soledad, claro que esto había ocurrido bastante tiempo atrás, mucho antes de la cuarentena en la cual se veía metido hasta la coronilla, en ese departamento céntrico, que de grande no tenía ni el ventilete.

Ahora, o más bien desde hacía unos días, lo que más le jodía la paciencia era el haber perdido la noción del tiempo, aunque decir que la había perdido podía admitirse como una exageración de nuestra parte, mejor digamos que la confusión temporal lo llevaba a cometer errores, a dar pasos en falso, a meter la pata hasta el cuadril.

Por ejemplo, la noche anterior, poco después de sortear un desequilibrio, supuso que la buena suerte podía estar de su lado y, al comenzar a leer ese libro de más de seiscientas o setecientas páginas, resultó atrapado por un sopor de aquellos. Enseguida, en medio del desconcierto, pretendió determinar el origen de la situación. Lo urgente fue tratar de echarle la culpa al autor del libro, un escritor extranjero de fama internacional, que ya en las primeras páginas de la novela se demostraba un cabal representante de los mamotretos escritos y publicados por esos misterios de la vida que nos dejan azorados, sin una respuesta posible, como sucedía con la enfermedad que se había ensañado con él y con el resto de la humanidad, se dijo.

Entonces, recapitulando, si a la lectura tan fallida le sumaba las muchas horas de encierro forzado por las circunstancias, la conclusión no tenía otro remedio que saltarle a la vista.

Entre esas palabras en letras de molde y el maldito virus que se negaba a quedarse en el molde, no había un lugar disponible para hacer que el tiempo se mantuviera en su disposición habitual. Por lo tanto no llamó mucho la atención el ver al hombre ponerse a aplaudir mientras se dirigía al baño, para después salir al balcón a echarse encima alcohol en gel hasta cansarse y sentirse inmunizado. A renglón seguido, se dispuso a desayunar lo más pancho, mientras por la ventana observaba que la noche había sumido a la ciudad en una oscuridad que no presagiaba nada bueno ni nada malo, se comportaba como cualquier otra oscuridad del pasado, que ya no volvería a repetirse, se dijo el hombre, tranquilo como agua de pozo apta para promover la difusión del dengue, sintiéndose al margen de cualquier apuro de la vida moderna, mientras procuraba ubicar a la distancia el reloj de pared y decidía que en cualquier momento, a lo mejor para provocar el fin del encierro, volvería a retomar la lectura del libro de más seiscientas o setecientas páginas, que quizá ya sería capaz de decirle otra cosa, pensó.

*Mario Capasso nació y reside actualmente en Villa Martelli, localidad del Gran Buenos Aires, República Argentina. Entre sus libros publicados se destaca Una palabra trae la otra, de microrrelatos editado por la Colección Ojo Lector de Moglia ediciones.

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